jueves, 21 de noviembre de 2019

Fantasna: Sentimientos Encontrados EP // Felics: Bosque Sagrado // Rafael Cheuquelaf: Choike EP

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 13 de noviembre del 2019.)

#AguanteChile

A veces pienso que la movida electrónica chilena de unipersonales post house anda tan fragmentada, y ello en más de un sentido, que mapearla se ha convertido en tarea apremiante. No recuerdo cómo, en cierta ocasión me topé con Baltazar Solar (a) Alpha Stronggah, quien comenzara pergeñando hip house y terminó sumergido en la electrónica a tres bandas -house, dub y ambient. Nuestroh EP (2014) fue debut y despedida conmigo, puesto que desapareció del sonar abruptamente.

Lo mismo no ha sucedido con Sebastián Mella, que tiene muchos años ya utilizando el nom de guerre de Fantasna. El mapocho, empero, adolece de los demás hándicaps inherentes al mismo cajón de sastre: prolificidad que se torna sofocante, dispersión de referencias discográficas, sequía de esféricos que sobrepasen los dos tercios de hora... A Fantasna lo sigo desde que le descubrí gracias a Del Cuore, su extended del 2014. Lamentablemente, ha sido muy difícil tanto seguirle el paso como ubicar sus anteriores producciones para ponerme al día. Máxime si Fantasna ha vertebrado toda su carrera esencialmente sobre lanzamientos de escaso minutaje -creo que su primer larga duración recién es Cuéntame (2017).

Lo que suma en favor del santiaguino es la exquisita filigrana que acude a su llamado en composiciones habitadas por robustos bombos y samples de potencial efecto mesmerizante, característica que le ha valido participar en Lollapalooza Chile 2019, así como girar por Asia y Europa en el 2018. Sentimientos Encontrados EP es otra demostración de ese talento: ambient house dulce y rítmico, diseñado para el consumo casero e individual, pero también funcional si se presenta la oportunidad de reproducirlo en locaciones asaz diferentes. Sinuoso -cuando no voluptuoso- pulso electrónico, de vertiginoso como ilusorio desdoblamiento, para sincronizar con el techno del valpeño VNZO (chequear su impresionante Santiago Estado Mental, 2018) y el electro-pop de su compatriota radicada en París Alex June. Magia del Sonido sin fecha de expiración.


Abril vio debutar en soledad al chileno Félix Encina, músico que ha cosechado laudatorios varios por su labor como productor y sonidista, y que se hiciera particularmente célebre a raíz de su chamba en el tercer esfuerzo del grupo de rock alternativo Planeta Mente (El Volar Del Aprendiz, 2017). Oculto tras el rótulo de Felics, Encina ha dado pie en bola a un disco de ensoñador y pedestre indie pop, que se las arregla para navegar entre climas de lo fi sobre la cubierta de una yola de remaches synth pop -en la travesía, Camilo Oyarzún de PM devuelve el favor.

Bosque Sagrado se grabó en una multipistas de ocho canales rescatada de los 80s. Trabajarle empleando este aparato vintage no sólo ha obsequiado a Felics sonidos y texturas templados y acogedores con que esbozar plácidas melodías naif, sino que además las avecina a las costas del vaporwave sin hacerlas atracar en sus puertos. Esto se expresa patente en “Al Menos Hoy” y en el icónico “Miau”, números que evidencian un incremento en el uso de la poética synth. Ésta, por lo general, suele mantener perfil bajo; permitiendo que sea el indie el que se luzca: “Yuvia” (exaltada por los vientos de Camilo Campos), “La Inquisidora Normalidad”, “Decir - Pensar” o “El Lobo Feroz”.

La cavilante serenidad de la narrativa encarnada en Bosque Sagrado levita merced a una suerte de ambientación lisérgica muy tenue, acaso el resultado del proceso de experimentación y aprendizaje que el propio Félix ha subrayado en entrevistas. Esta suerte de transformación que atravesase Encina le ha conferido un ionizado fulgor a cada instrumento, pero es en el sintetizador donde más puede apreciarse ese cromatismo evanescente, ese flujo sinestésico de tonalidades. La pértiga gracias a la que el álbum salta la valla para coronarse como el más primoroso aparecido bajo cielos chilenos en este 2019.

BS cierra con “La Víctima” y “3 5 4”, piezas donde el filón electrónico de Felics emerge en todo su esplendor, sin avasallar a los demás componentes de su retórica.


Desde la ‘terra australis’ magallánica llegaron nuevas sobre la liberación de material solista de Rafael Cheuquelaf (en la foto, al lado de su retoño), músico y 50% de Lluvia Ácida. Los cuatro temas que conforman Choike EP pertenecían a un repertorio más amplio fechado hace unos seis años, cuando el puntarenense consideraba debutar en largo por cuenta propia. El nombre del extended proviene de la lengua aónikenk, que hablase el pueblo homónimo tehuelche de nómades cazadores y recolectores que más al sur habitase Mesoamérica durante miles de años. Curiosamente, la palabra guarda cierto parecido con el vocablo mapuche “cheuque”: morfológico y quizá fonético, pero más que nada semántico -“ñandú”, en ambos idiomas.

Es justo con “Penon Choike”, es decir “la pata del ñandú” (la famosa “Cruz del Sur” entre lobos de mar occidentales), que se abre este breve y muy agradable registro. El track se desarrolla a partir de una acústica sosegada y melancólica en su iteración, debajo de cuya delicada capa bullen lúdicamente sonoridades sintéticas. El pastoralismo de “Penon...” contrasta con el hálito casi abstract techno de “Luces En La Carretera”, gobernado por un beat 8/8 (¿o es 16/16?), que pese a ello no cambia las diapositivas de fondo. Con ellas me refiero a la línea de cotidianeidad naturalista que Cheuquelaf documenta en Choike EP, en cierto sentido derivada de sus andanzas al lado de Héctor Aguilar y que en “Orilla” cuaja de modo menos estilizado o artificioso -punto medio equidistante entre las precedentes pistas.

Dejo para el párrafo final “Hija”, corte que samplea la voz de la unigénita heredera del músico, Antonia Rayén. Inicialmente, el sampleado la codifica en una secuencia que de a pocos va tornándose surrealista, como describiendo aquello que sienten ojos pioneros ante las íngrimas inmensidades que la Tierra oculta de continuo al Hombre -y que debieran lucir encantadas o hechizadas, a la manera de un Algernon Blackwood. Hacia el anochecer del surco reaparece la guitarra, ahora enchufada y enroscada al sintetizador, lo mismo que la pequeña Antonia. Un EP con que siempre recordar esa máxima de Ciro Alegría escrita hace 84 años, que sólo entienden cabalmente aquellas personas que viven en lugares como el Estrecho de Magallanes o el Valle del Marañón: “Aquí, la Naturaleza es el Destino”.

Alejandro Muñoz Linford y Rafael comparten créditos por las fotografías.


Hákim de Merv

4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. ¿Con quién tengo el gusto? ¿Félix Encina o Sebastián Mella? Cual sea el caso, no hay de qué. Para eso estamos. Un cálido abrazo desde Perú.

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  2. que bueno que aun existan personas que se dedican a hacer reseñas como las que haces,me da la impresion que casi estas en peligro de extincion,saludos desde Chile y sigue asi

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    1. Hola, ¿qué tal?

      Pues sí, la verdad eso mismo siento desde hace por lo menos un par de años. Hasta entonces como que había más gente de la Vieja Guardia en activo aquí, gente con la que compartí tribuna en los tiempos en que las revistas y los fanzines todavía se imprimían. Luego, algunos colegas colgaron las plumas. Otros cambiaron de formato, lo que también es válido -aunque, claro, no es tan bonito o romántico como seguir escribiendo a lo old school. De hecho, soy uno de los poquísimos de esa generación -sino el único- que todavía cree en la cruzada.

      Lo bueno es que no soy el único que sigue escribiendo: compas de generaciones posteriores tienen sus propias bitácoras y también redactan con prolijidad y criterio. Cuestión de que te des una vuelta y veas el patio. Por lo pronto, te recomiendo El Tercer Parlante, blog de Fernando Alayo. El muchacho es empeñoso y tiene lo suyo.

      Muchas gracias por la buena onda, camarada. Fuerte abrazo desde Lima. Felices fiestas y aguante Chile.

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