Una de las
particularidades consustanciales a la ‘zona franca’ del meta stoner es el
espacio reservado a ententes inclinadas a asumir al stoner rock como otra más
dentro de la gama de posibilidades estéticas a explorar. Así, tenemos nombres
de la talla de Rapa Nui, Búho Ermitaño, Ayahuasca Dark Trip o Aspid Orkesträ; desplazándose
cómodamente entre el post grunge, el prog, el heavy metal, la psicodelia de
viejo cuño, el stoner y el space más alucinado. A esta división blindada
también pertenecía El Cerebro De Gregorio Samsa, entidad de Huancayo que
editase hace un lustro ¿Me Percibes, Animal? (Necio Records), magnífico documento con el que asombrosamente sus
propios perpetradores no quedaron satisfechos debido a consideraciones
técnicas. Tras la publicación, El Cerebro... se separó, hiato a clausurar el
próximo año con la aparición de nueva declaración sonora.


El banco de pruebas
de Demo se traduce en bocetos de
suites agobiados por un espíritu desértico y metálico. En tanto el stoner
nacional cuenta ya con una joven tradición a la cual invocar, puedo afirmar que
lo de DDC se refleja en los pasajes más serenos del primer Ancestro y en la
experiencia de No Mightier Creatures, pero también en las lecciones que
impartiese el maestro de las cuatro cuerdas Mike Inez desde su ingreso a Alice
In Chains y durante los 90s. Despejado, oscuro sin ser asfixiante, el output de
este terceto todavía no alcanza forma definitiva. Los avances más alentadores,
no obstante, vienen de la mano de esbozos que prefieren el polimorfismo a la
planitud, el cambio continuo a la monocordia. Quedo expectante a verificar cómo
se decanta ese caudal de pinceladas en los próximos meses.
Odumodneurtse es, de
otro lado, una banda mucho más copiosa. Incluyendo dentro de sí a la alineación
completa de Días De Cromagnon, no puede decirse que el trinomio sea el proyecto
paralelo de algunos de sus integrantes, o que Odumodneurtse cumpla el papel de
grupo-madre; pues se trata de dos maneras diferentes (y a la vez convergentes)
de crear música.
El line up de Odumodneurtse
-“estruendo mudo”, al revés y en una sola palabra- enlista a Jurado (en
diversos instrumentos), Emerson Vilca (pututu), Felipe Benavides (saxo), Juan
Palomares (violín, cello), Sarapura y Raúl Cevallos (percusiones varias), Jhosep
Santiago (guitarra), y Caballero (solo de bajo). La abundancia de músicos y de herramientas
sonoras -los créditos enumeran palo de agua, xilofón, chacchas y daburka, entre
otros- es síntoma evidente de un riguroso plan de acción, cuyas serias
aspiraciones han encontrado feliz concreción en el mundo real.

Categorizaciones al
costado, Odumodneurtse acredita sobradamente físico e ingenio con qué afrontar canales
de larguísimo aliento, el menor de los cuales sobrepasa los 7 minutos de extensión
-“Aia Marccai Quilla: Ceremoniales En Torno A La Vida Y La Muerte”. Es
justamente éste el único que contiene voz, aunque sampleada: se trata del canto
en quechua de una soprano que versionea la lectura realizada por Theodoro
Valcárcel de “Pajonal”, un harawi -yaraví- de Chumbivilcas. Súmese al sample el
¿delay de bajo? con que abre “Aia Marccai...”, y se entenderá que este acto
juninense está abierto a la asimilación de cualquier música que refuerce la
excentricidad de su pedigrí -composiciones gigantescas que constantemente se
transforman para desubicar a quien les escucha por primera vez, llenas de
reverb, metales y samples. Al octeto no le amilana ni siquiera experimentar con
algo tan “ajeno” como el funk -segmento final de “San Gregorio: Canto Funerario
Mágico-Religioso Entre Los Ayllus Quechuas Del Sur Del Perú”- para lograr su
cometido.
Lo único que no
entiendo es por qué diablos nadie se ha interesado hasta ahora en producir la
versión física de este soberbio álbum. Está para libre descarga en el BandCamp
del combo, así que careces de toda excusa para no escucharlo.

Decir que la esencia
del terceto es el indie no está descaminado, como tampoco afirmar que su
feeling es claramente garagero -desparpajado, falto de prolijidad, crudo y
directo. Se nota más en el segmento de apertura de Terminal (“Joker” y “Módulo Lunar”), que despide un tufillo a surf
sesentero, aunque esa impresión se dilata hasta el epílogo de la jornada. De “Mansandia”
a “Paredes Torcidas”, el indie cambia de dirección para acercarse al pop de los
90s y posteriores almanaques -dejando al binomio de arranque como un camino
trunco, a sondear quizá en otra oportunidad.

Existe otro rasgo a
resaltar en la dinámica de los triates, mencionado entre líneas hace tres
párrafos, y ése es su sostenibilidad instrumental. Más de la mitad de Terminal enfila energías hacia números
de estructura simple y punchera que no necesitan de la voz de Elvis: “Ciudad
Ficción”, “Retorno Del Respiro Extraviado”, “Mascotas Del Hogar”, “Paredes
Torcidas”. Sólo cinco de un repertorio de doce pueden llamarse “canciones” -del
resto, a lo mucho un par tiene pistas vocales, que no es lo mismo.
Encantador esférico,
recubierto de una finísima gasa de textura polaroid que bien puede leerse como leve
acabado lo fi -nunca en el mismo grado de quienes se ocupan los siguientes
renglones.
Sorpresota en la
Ciudad Imperial. Felino Renegado Records es una netlabel cuzqueña que inició
operaciones en septiembre del 2018, con la toma demo de “Tú Y Yo” de Machu
Michi -ahora Benji- como primera referencia de catálogo. Aún cuando de facto el
sello ha cesado toda actividad desde mayo pasado, no ha habido comunicado
oficial de disolución. Sería una pena, porque la plataforma ha dado a conocer
toda una movida de artistas pop lo fi nacidos en el Ombligo del Mundo.
El último
lanzamiento de FRR, fechado a fines de enero, se pensó como regalo adelantado
por el día de San Valentín. Qué Bueno Que Ya Nada Es Igual compiló una inédita camada de músicos que probablemente ha
crecido nutriéndose de Guided By Voices, Sebadoh y Smog; pero sobre todo de
Beat Happening, de The Moldy Peaches y del desaparecido santón de la Baja
Fidelidad Daniel Johnston.

Siempre al interior
de la estética lo fi, descuellan actos de pop acústico vagamente inspirados en
la obra del músico perleño William Cano (Moon Over Soho, Odín Aleblian
Kasparian, Xilofonmático, El Vals De Lucy Smith): Ali You Know (“Ponte
Pijama”), PatO GarabatO (hoy Nematodos, “Perdedor” y “Las Personas Que Siempre Quise
Conocer Sólo Las Pude Conocer En Sueños”), Super Manzanillas (“Niña Viajera” y
“Frances”) o los sensacionales Tornasolada (“Ayayay” y “Lluvia Vieja”). También
hay lugar para otros colores, como el lo fi playero de Rabi (“Veraneando” en
versión maqueta), el tontipop pro-chapetón de Thunder Michi (“Happy Brownie”) o
el divertido pop a cámara lenta de Billy Quién? (“Nos Destruirán A Todos”,
guiño a The Grim Adventures Of Billy &
Mandy incluido).
Composiciones
registradas adrede en condiciones precarias, plagadas de errores técnicos,
rebosantes de imaginación y de un temperamento emocional vivo. Iluminado arte
naif -o lo que hubiera sido el legendario Vamos A Ser Felices (2004) con un norte excluyentemente pop.

Hay una arista de Con Una Ayudita De Mis Amigos -nombre de
elección bien poco afortunada- que luce bastante discreta. Es, en los hechos,
un ortodoxo pop/rock correctamente ejecutado, pero algo incoloro. En él se entrampan
temas como “Minimum” o “Eclesiastés 3”. También “La Redentora”, “De Esta Noche”
o la reinterpretación de “Soy Un Extraño Que Va” (Los Iracundos); si bien el
primero golpea enérgico, el segundo se manda unos toques cosecha 80s y la tercera
no está exenta de una pasión afectada. En
cualquier caso, ésta es la ribera más modesta del CD.

Plástico regular.
Hay material con que esperar cosas sustantivas en el próximo paradero. Falta
nomás meticulosidad a la hora de refinar impurezas y bruñir acabados. Eso, y plantear
mejor obertura y telón abajo -meter mano en un clásico como “Horizonte De Las Estrellas”, de Miguel Bosé, era un arma de dos filos, que esta vez ha resultado
adversa.
Hákim de Merv
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