(Publicado
originalmente en mi cuenta Facebook el 29 de marzo del 2017.)
Una voz de
tonalidad grave pero no apagada, curtida pero no acabada. Un bajo que dirige
con mano de hierro, sin copar primeros planos ni robar cámara. Unas baquetas
que se las arreglan para ser pertinaces sin lucir particularmente enérgicas.
Unas eléctricas que encienden la pradera cada vez que se les necesita, cual
airados jóvenes turcos...

Stoner rock,
psicodelia de vieja escuela, prog rock, metal denso y lustroso, space rock...
Estas esquemáticas denominaciones proporcionan color a cada una de las
agrupaciones mencionadas en el párrafo anterior. En mayor o menor grado, dichas
bandas y etiquetas guardan una cierta relación de consonancia. Tal vez por
ello, sorprende que el cuarteto no suene precisamente a un amasijo de estas
influencias, si bien es evidente que les guiña.
Con el único
antecedente del single No Fear
(lanzado desde BandCamp en noviembre del año pasado), No Mightier Creatures
publica en febrero de este año su epónima puesta de largo. El disco, compuesto
al 100% por Gómez, parece diseñado para largos viajes terrestres a través de
zonas desérticas. Como incluso este tipo de experiencias puede tomar distintos
carices, según el estado de ánimo entronizado por situaciones previas o la
disposición con que uno/una se levante, se hace indispensable agregar que lo de
NMC es un austero travelling por
paisajes semejantes.

La decadencia
consustancial a la periferia citadina es el otro medio ambiente en el que se
mueven bien las canciones de NMC, uno equivalente en casco urbano a su hábitat
desértico. Siete temas, acaso grabados en un máximo de tres tomas, durante casi
cuarenta minutos. Lo que en otras circunstancias podría haberse convertido en
un típico primer disco interesante en concepto pero regular o bajetón en
resultados; aquí se potencia gracias a la enorme experiencia de los convocados.
Dionisíaco sin ser sórdido, próximo al oyente por tener los pies sobre la
tierra en lugar de desplegarse sobre el cielo -lo que por supuesto también es
válido-, el debut de No Mightier Creatures está preñado de blues. No de
cualquiera, sino de aquel concebido por losers, freaks y weirdos. Los eternos
descastados, los que siempre sobran...
Hákim de Merv
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