(Publicado
originalmente en mi cuenta Facebook el 13 de marzo del 2017.)
Definitivamente,
pertenecer ya al sector choclón de la zoociedad de nuestro zarandeado país
endosa más desventajas que ventajas. Pero al menos entre estas últimas, hay
algunas que todavía nos reportan ciertas satisfacciones -y, no lo neguemos,
cierta superioridad sobre quienes llegaron después.


No fue sino hasta
la salida de Sugoi número 11, en
septiembre de 1999, que tuve las herramientas para averiguar a qué animación
correspondían las imágenes que observase hacía tantísimos años atrás. En dicha
edición, se publicó un artículo que comparaba la historia de Dragon Ball con
una historia muchísimo más antigua, titulada Peregrinación Al Oeste. Y aunque
el texto por sí solo no me decía nada, los fotogramas que lo acompañaban me
mostraban al único personaje cuyos rasgos podía identificar más allá de toda
duda. Aprendí entonces que Peregrinación
Al Oeste es una novela china de tres volúmenes escrita por Wu Chengen, dada
a conocer en 1590, que comparte todas las características del arquetipo que
preside la concepción misma de historias similares: la Misión, el Viaje
Heroico, el o los Objetos Numinosos... Un literato podría expresarlo con mayor
propiedad.

Así, pues, las imágenes que recordaba relacionadas a este exacto personaje encontraron confirmación en el artículo escrito por Carlos Méndez Chang (ya fallecido) y publicado en Sugoi, artículo cuyas dos primeras páginas aparecen en este posteo scanneadas una después de otra... Pero no eran las mismas. Echándome a buscar en Internet con estas pistas, descubrí que lo que vi no era la versión animada de Peregrinación Al Oeste de la que se habla en el texto, sino una historia ¿anterior? ¿posterior? ¿paralela? con el mismo personaje: el travieso y revoltoso Rey Mono Sun Wukong (nótese la semejanza con el nombre del protagonista de Dragon Ball, Son Goku). Lo que vi a mis cinco años o menos fue una animación china cuya justa traducción es Disturbios En La Corte Celestial, a la que se le conoce más como La Rebelión Del Rey Mono.
Desde entonces, he
buscado en la Red tanto esta animación como la de Xiyouji. Con la primera hubo
algo de suerte: dirigida por Wan Laiming y Mang Cheng, fue producida por el
Shanghai Film Institute y estrenada en 1964. Después de un tiempo, he vuelto a
buscarla y la encuentro muy bien restaurada, pero sin doblaje ni subtítulos en
castellano. No importa. Oportunidades como ésta, de mirar al pasado difuso y
limpiarle las telarañas, hay pocas. Dejo el enlace aquí mismo.
Con Xiyouji, en
cambio, ha habido poquísima fortuna. Ninguno de los resultados arrojados por
Google proporciona información que me aclare el panorama. Desconozco el o los
directores, el estudio que la produjo... Sólo una página rusa ha colgado el
film completo, con doble pista de audio superpuesta (chino y ruso). Asegura
esta fuente que la versión animada de Xiyouji
es de 1965, pero prefiero no creerlo hasta poder contrastar la info. Por lo
demás, el trazado/diseño de los personajes es el mismo.
El link hacia la
página rusa es el principal hallazgo en esta segunda tanda de búsquedas que he
hecho para desentrañar el misterio. Entre ésta y la primera tanda, encontré un
video de YouTube que utiliza segmentos completos de Xiyouji. La canción parece
forjada en ese insoportable zonzonete del pop mainstream noventero tipo Alanis
Morissette o Joan Osborne, pero gracias al video puedes apreciar pasajes de la
versión animada de Xiyouji -esa toma final de los viajeros, presumo que tras
haber culminado la hazaña (viajan a la India en busca de las sagradas sutras
del Buda), alejándose del templo coronado por una talla gigantesca de Siddharta
Gautama; es fantástica. Imagínate las impresiones que semejante animación puede
dejar en niños de cinco años o menos, los estímulos que puede sembrar...
¿Alguien que
atesore recuerdos idénticos, entre mis amigos y conocidos?
Hákim de Merv
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