jueves, 21 de diciembre de 2023

Les Replicants: Buy, Get Sick & Buy, Then Die // Chino Burga: Geografías Geométricas Vol. 2 / Down In The Valley EP // Wilder Gonzales Agreda: Anti Argolla Peruana

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 13 de diciembre de 2023.)

Con el reloj a galope tendido rumbo a 2024, van quedando en limpio algunas certezas relativas a determinados grupos y álbums de los circuitos peruanos independientes. Una de ellas va asida al presente de Les Replicants, que ha decidido abandonar quién-sabe-si-definitivamente el psicodelismo eterdrónico de su primera fase, en favor del trayecto iniciado a tropezones por el excesivamente plano s l e e p / p a r a l y s i s / d ae m o n 金縛り鬼 (‘21).

Conforme dictamina la info disponible en BandCamp, Buy, Get Sick & Buy, Then Die es un LP grabado el año pasado. Su osamenta se nutre de un corpus de grabaciones de campo que el individualista Walter Arellano realizara desde el ‘21, durante los largos viajes que implican atravesar de un extremo al otro la megalópolis monstruosa que hoy es Lima. Perpetuados en cinta, estos registros se han deformado/sublimado para convertirles en arcilla a modelar/mezclar con un input expelido desde Korgs, sintes ARP y guitarras tratadas. Respecto de estas últimas fuentes, todas cosidas al esteticismo drone y al onirismo que favorecen el post rock y el bliss pop.

Salvo por el empleo de la materia prima que comportan los cassettes, hasta aquí no existen mayores diferencias entre este Buy, Get Sick... y su antecesor. Es decir, si bien ha habido una conmutación de procedimientos, ésta no se traduce en sonoridades total o parcialmente distintas. De hecho, si no tienes un oído lo bastante fino/entrenado, no consigues distinguir del resto los sonidos proporcionados por las “field recordings”. En cristiano, si estás desinformado/a, ni te enteras de los alegados “cambios en los procesos” -y es éste el talón de Aquiles que más difícil se les hace fortalecer a proyectos y artistas empecinados en enarbolar la bandera de la “vanguardia del Sonido” (tanto más complicado si pertenecen éstos al Tercer Mundo).

Éste, no obstante, es un esférico más logrado que s l e e p / p a r a l y s i s / d ae m o n 金縛り鬼. Esencialmente, Buy, Get Sick & Buy, Then Die es un único tema dividido en cuatro secciones no equitativas. Cuando la apertura “I - Buy” comienza a rasgar el aire que te circunda, el ambiente es inundado por una correntada de ruido magmático, esparcido alrededor de un rango determinado de notas con variaciones infinitesimales. Consecuentemente, mientras que en “III - & Buy” el caudal se torna asaz tumultuoso, en “II - Get Sick” la riada es bañada por matices más vívidos e incluso celestiales, aunque también ocasionalmente melancólicos; y sólo rompe los armónicos cuando intenta hacer vibrar la propia atmósfera.

Súmese a ello lo redondo del canal de cierre, “IV - Then Die”, cuya decena de minutos obra como síntesis intensificada de lo expuesto en los tres anteriores: bliss, post, harsh... Sobre todo éter, mucho éter. Esto último se evidencia en lo llevadera que se hace la jornada, de sólo cuatro pistas y perduración equivalente a la del precedente capítulo -lo que comporta una extensión promedio mucho más alta por track, y a despecho de ello una narrativa sonora más atinada y ágil. De este modo, el aislacionismo asistólico de Buy, Get Sick... concede nuevo crédito a Les Replicants en su actual discurrir. Por ahora.

Desde los idus de octubre, se halla disponible para su escucha en Internet el segundo volumen de las Geografías Geométricas que el incansable Miguel Ángel Burga viene cocinando asociado a la germánica Midira Records. Segunda parada de una trinidad a culminar pronto, la placa sucede al gaseoso/fluido post rock formulado en Landing, revelando de paso una templada alternancia entre dos de las facetas cultivadas por el ex Ácidos Acme -adviértase que antes de Geografías Geométricas Vol. 1 aparecía Lass Dich Leiten, 7’’ que homenajeaba en plan space drone a la desaparecida cantautora alemana Nico.

Geografías Geométricas Vol. 2 trepa la misma cuesta que su mayor, esto es, la de drónicos omniacordes cuya pertinaz repetición genera resultados opuestos a los que cabe esperar en circunstancias idénticas. No en vano, la drone music es la heredera más representativa del histórico kraut rock, afirmación con carácter de tautología hace lustros. Premunido de la misma tenacidad que le amparaba en ...Vol. 1, Burga esculpe incorpóreas panorámicas de una vastedad más allá de cualquier cualificación posible: lo bastante uniformes para permanecer dentro de los linderos trazados por el credo drone, y con los suficientes accidentes orográficos para rehuir la planitud o chatura en que resbalan similares empresas mal dirigidas.

Si antes la inspiración provino del apu Arín (2916 m.s.n.m.), ahora la provee el apu Charán (2950 m.s.n.m.). Si en el principio fueron cuatro piezas, ahora son tres -aunque su naturaleza unitaria nunca queda en entredicho, diferenciándose éstas sólo por la numeración otorgada. Sin embarcarse en progresiones específicas, las vibraciones y resonancias de “Templos Y Portales I” plasman sobre el dronismo sobresaturado brochazos de musicalidad, que no es lo mismo que melodiosidad. Con todo, se muestran intactas la fascinación cósmica y la línea orbital dura de la experiencia preliminar. Quizá debido a su “corta” extensión (siete minutos y monedas), “Templos Y Portales II” siembra sospechas sobre si efectivamente no está Miguel Ángel apostándolo todo a una musicalidad iterativa. Esas dudas quedan planteadas a pesar de los retumbantes trece minutos y pico de “Templos Y Portales III”, que no sólo subrayan los rasgos supremos de “...I”, sino que asimismo les magnifican al punto de ofrecer una furibunda y escarpada tempestad de noise drone -suspendida muy arriba de nuestras cabezas, felizmente.

Marzo del ‘24 es el mes previsto para la salida de Geografías Geométricas Vol. 3, a la par de un 8’’ en plan tributo a la artista estadounidense Maryanne Amacher. Hasta entonces, quienes no se sacien con los sísmicos zumbidos de ...Vol. 2 pueden hincarle el diente al aperitivo que supone Down In The Valley EP, breve artefacto con el que el también ex Espira da rienda suelta a su melómana pasión por interrogar otros horizontes estilísticos -concretamente, los que florecen a la sombra del dub.

El mencionado extended consta de dos surcos. El primero es una ácida versión -‘(CC Remix)’- del clásico de Ike & Tina “Proud Mary”, enterrada bajo innumerables telarañas de reverb ecodélico y dotada de una vaporizada eléctrica de ascendencia neopsicotrópica (me imagino que los ex esposos habrán sonreído cómplices al escucharla, donde quiera que estén). El segundo se asume ‘Alternative Dub’ de “N Dub”, originalmente empacado para Landing en toma mucho menos acelerada y tridimensional. Gracias a ambos, Down In The Valley EP se posiciona en un curso mucho más próximo al de Lass Dich Leiten 7’’, pese a que no se asimila completamente a éste.

Hacía buen rato que no audicionaba trabajos recientes de Wilder Gonzales Agreda. El último que degusté, Contracultura (No Al Arte Falso) (11/21), alcanzó a coronar una trilogía que también integraron Rojo (8/21) y Patrocinado Por El Gobierno (4/21). Dicha tríada desvirtuó mi hipótesis inicial -expuesta en la reseña de Patrocinado...- sobre una tetralogía editada durante el primer año y medio de la Pandemia. A la par, la mencionada terna consolidó su formato como la media que viene sosteniendo el experimentado músico/no-músico de Los Olivos por espacio de al menos 36 meses.

El problema no reside en la dificultad para seguir tan vigoroso paso editorial, sin embargo, sino en las ganas para hacerlo. ¿Por qué? Porque desde Terrorista! (‘19) y Real Music For Real People (‘20), comenzaba a ser notorio que Gonzales Agreda necesitaba mesurarse en cuanto a sus lanzamientos de hálito extendido. Descontando la excepción de Patrocinado Por El Gobierno, los últimos títulos del norconeño incluyen dos/tres composiciones logradas y mucho material que 1) necesita más tiempo para fermentar, o 2) se merece hacer efectiva la opción “vaciar la papelera de reciclaje”. Nueve discos en un trienio califica como desaforado despliegue de creatividad, algo que nada tendría de malo si al menos tres cuartas partes de cada uno de ellos fuesen aventajadas exploraciones sónicas más allá de las fronteras habituales -la conditio sine qua non a observar siempre por la música que se asume de avanzada.

Durante el ‘22, Wilder subió a Internet un trío de nuevas entregas: No Me Importa Lo Que Diga La Gente (abril), Volador (mayo) y Perdido (agosto). Ya que Contracultura... me había dejado completamente exánime (en el mal sentido del término), no las escuché, y por eso les concedo el beneficio de la duda. Entonces, a inicios de este ‘23 que ya se muere, oí en calidad de adelanto exclusivo lo nuevo del olivense. “Sirenas” me sonó insólitamente kraftwerkiano, como deslizándose entre el Computer World (1981) y el Electric Cafe (1986), sólo que abstrayendo las secuencias hasta hacerlas resonar en el Vacío. Un soplo de frescura que así y todo no me bastó para adentrarme en los vericuetos del CD estrenado hace ocho meses. Hasta ahora.

Anti Argolla Peruana podría catalogarse como un intento serio de reinvención. El puzzle de “Post Huayno”, que se adhiere al sonido vernacular de la zona central altoandina, acaba sugiriendo por-no-sé-qué-cortocircuitos-mentales conexiones con aquello susceptible de describirse como mutante “post free jazz digital”. Ciertamente una creación insular, si bien el resto del repertorio contiende por sortear todos los lugares comunes en que ha incurrido el otrora Fractal en años posteriores a Paraísos, Revoluciones Y Tú (‘17). Ahí figura “Rave En Mi Alma” y su paulatino engrosamiento IDM, tras un despegue estilizado y mistérico. También “Tenjira”, en la línea del intelligent techno clásico de inicios de los 90s, sesudo sin cruzar el puente hacia intrincamientos gratuitos y contenido a fin de evitar dar el salto a las músicas de aspiraciones pélvicas. Otro tanto podría asegurarse de “Quiero Ser Una Haba”, sólido ambient noise aislacionista que estimula los desarrollos sinápticos consagrados al ocio -los más delectables.

Como es claro, Gonzales Agreda no abandona la liza. Se mantiene en las mismas coordenadas estilísticas que fatiga desde hace decenios. Lo interesante es que se ha afanado en mover su flama a través de éstas, utilizando vectores que dibujan todo un proceso de convección. Hubiera logrado completarlo, dando paso así a una nueva reinvención, sino fuera porque el epílogo de Anti Argolla Peruana le lastra. Y sí, es verdad que “1994” y “En Este País Todo Es Mafia” no empañan la buena performance antes descrita, mas sí le impiden quedar redonda. Y una reinvención, como la de Lima Norte Metamúsica por ejemplo (‘14), no puede ser menos que perfecta.

Se suele confiar en que a cada gran luchador siempre le queda una última pelea dentro. AAP, probablemente el mejor disco del buen Wilder desde el ‘19, me cura del susto y hace que renazcan mis expectativas en que el man todavía tenga música/no-música valiosa que ofrecer como artista avant garde. Que ello suceda después de muchos años de vacas flacas, acaso en el balance sea puramente anecdótico. Pero de todas formas, alguien se lo tenía que decir.

Hákim de Merv

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