jueves, 5 de diciembre de 2019

Días De Crogmanon: Demo // Odumodneurtse: Espectros E Imaginarios De Posguerra // Post Galazer: Terminal // Qué Bueno Que Ya Nada Es Igual // El Estéreo Tipo: Con Una Ayudita De Mis Amigos

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 27 de noviembre del 2019.)

Una de las particularidades consustanciales a la ‘zona franca’ del meta stoner es el espacio reservado a ententes inclinadas a asumir al stoner rock como otra más dentro de la gama de posibilidades estéticas a explorar. Así, tenemos nombres de la talla de Rapa Nui, Búho Ermitaño, Ayahuasca Dark Trip o Aspid Orkesträ; desplazándose cómodamente entre el post grunge, el prog, el heavy metal, la psicodelia de viejo cuño, el stoner y el space más alucinado. A esta división blindada también pertenecía El Cerebro De Gregorio Samsa, entidad de Huancayo que editase hace un lustro ¿Me Percibes, Animal? (Necio Records), magnífico documento con el que asombrosamente sus propios perpetradores no quedaron satisfechos debido a consideraciones técnicas. Tras la publicación, El Cerebro... se separó, hiato a clausurar el próximo año con la aparición de nueva declaración sonora.

Miembro de ECDGS, Jhordan Jurado protagoniza esta revisión por partida doble: primero, gracias a Días De Cromagnon, power trio que viene trabajando material para debutar en el 2020 con todas las de la ley. Y segundo, merced al voladazo primer disco de Odumodneurtse, Espectros E Imaginarios De Posguerra.

Conjunto instrumental, Días De Cromagnon ha adelantado parte de su chamba en el escuetamente titulado Demo (2019). En los días antiguos, antes del ingreso definitivo de Internet en nuestras vidas, la maqueta era la opción más económica/democrática para la escena peruana independiente -y vaya que si produjo auténticos joyones. En esta fase de su evolución sónica, Días De Cromagnon guarda ciertas semejanzas con los capitalinos de Rhor, pese a raíces y riffs doom que presidiesen su concepción hace tres años. La terna de Jurado (guitarra), Luis Sarapura (batería, toca además en Esvedra) y Christian Caballero (bajo) se revela ducha en improvisaciones donde se testean decenas de ideas: para tal efecto, no teme caminar, correr o sólo detenerse.

El banco de pruebas de Demo se traduce en bocetos de suites agobiados por un espíritu desértico y metálico. En tanto el stoner nacional cuenta ya con una joven tradición a la cual invocar, puedo afirmar que lo de DDC se refleja en los pasajes más serenos del primer Ancestro y en la experiencia de No Mightier Creatures, pero también en las lecciones que impartiese el maestro de las cuatro cuerdas Mike Inez desde su ingreso a Alice In Chains y durante los 90s. Despejado, oscuro sin ser asfixiante, el output de este terceto todavía no alcanza forma definitiva. Los avances más alentadores, no obstante, vienen de la mano de esbozos que prefieren el polimorfismo a la planitud, el cambio continuo a la monocordia. Quedo expectante a verificar cómo se decanta ese caudal de pinceladas en los próximos meses.



Odumodneurtse es, de otro lado, una banda mucho más copiosa. Incluyendo dentro de sí a la alineación completa de Días De Cromagnon, no puede decirse que el trinomio sea el proyecto paralelo de algunos de sus integrantes, o que Odumodneurtse cumpla el papel de grupo-madre; pues se trata de dos maneras diferentes (y a la vez convergentes) de crear música.

El line up de Odumodneurtse -“estruendo mudo”, al revés y en una sola palabra- enlista a Jurado (en diversos instrumentos), Emerson Vilca (pututu), Felipe Benavides (saxo), Juan Palomares (violín, cello), Sarapura y Raúl Cevallos (percusiones varias), Jhosep Santiago (guitarra), y Caballero (solo de bajo). La abundancia de músicos y de herramientas sonoras -los créditos enumeran palo de agua, xilofón, chacchas y daburka, entre otros- es síntoma evidente de un riguroso plan de acción, cuyas serias aspiraciones han encontrado feliz concreción en el mundo real.

Demostrando pasmosa vitalidad, Espectros E Imaginarios De Posguerra deambula por distintos cajones de sastre, de entre los que sobresalen tres si me atengo a su recurrencia. Uno es el que institucionalizasen las Desert Sessions de Josh Homme, cabeza visible del movimiento stoner mundial. Otro es el que naciera en la Alemania de los 70s, de la mano del siempre venerable kraut rock. Y un tercero es aquel con que se identifica gente como Breaking Benjamin, Staind, Slaves To Gravity o Within Reason -en resumen, el post grunge, lo que nos ofrece nueva ¿coincidencia? con Rhor.

Categorizaciones al costado, Odumodneurtse acredita sobradamente físico e ingenio con qué afrontar canales de larguísimo aliento, el menor de los cuales sobrepasa los 7 minutos de extensión -“Aia Marccai Quilla: Ceremoniales En Torno A La Vida Y La Muerte”. Es justamente éste el único que contiene voz, aunque sampleada: se trata del canto en quechua de una soprano que versionea la lectura realizada por Theodoro Valcárcel de “Pajonal”, un harawi -yaraví- de Chumbivilcas. Súmese al sample el ¿delay de bajo? con que abre “Aia Marccai...”, y se entenderá que este acto juninense está abierto a la asimilación de cualquier música que refuerce la excentricidad de su pedigrí -composiciones gigantescas que constantemente se transforman para desubicar a quien les escucha por primera vez, llenas de reverb, metales y samples. Al octeto no le amilana ni siquiera experimentar con algo tan “ajeno” como el funk -segmento final de “San Gregorio: Canto Funerario Mágico-Religioso Entre Los Ayllus Quechuas Del Sur Del Perú”- para lograr su cometido.

Lo único que no entiendo es por qué diablos nadie se ha interesado hasta ahora en producir la versión física de este soberbio álbum. Está para libre descarga en el BandCamp del combo, así que careces de toda excusa para no escucharlo.


Imposible negarlo: me dejó patitieso el saber que fue SuperSpace Records el sello que apostó por editar y distribuir el primer episodio de Post Galazer. La discográfica de Wilder Gonzales Agreda maneja un militante perfil de vanguardia delineado desde hace años, con el que tiene muy poco que compartir este grupo nucleado en Ayacucho. En efecto, PG cobra vida en Huamanga, pero dos tercios de sus integrantes son de Huancayo -Elvis y Joel, quienes intercambian cada dos por tres los puestos de batería y guitarra. Elvis se encarga de la voz siempre que ésta es requerida. Completa el trío Liliana (a) Lilith, en el bajo.

Decir que la esencia del terceto es el indie no está descaminado, como tampoco afirmar que su feeling es claramente garagero -desparpajado, falto de prolijidad, crudo y directo. Se nota más en el segmento de apertura de Terminal (“Joker” y “Módulo Lunar”), que despide un tufillo a surf sesentero, aunque esa impresión se dilata hasta el epílogo de la jornada. De “Mansandia” a “Paredes Torcidas”, el indie cambia de dirección para acercarse al pop de los 90s y posteriores almanaques -dejando al binomio de arranque como un camino trunco, a sondear quizá en otra oportunidad.

La principal virtud de Post Galazer es la vivacidad. Su sonido ágil es conciso y reconfortante, movedizo, convenientemente provisto de múltiples efectos. Semejante despliegue de agilidad me ha hecho recordar más de una vez al new pop de principios de los 80s, que surgiese de la nebulosa post punk gracias a sociedades como Orange Juice o Fire Engines, y que fuera borrado del mapa por The Smiths -presiona “skip” rumbo a “Verde” y “Mascotas Del Hogar” para constatarlo.

Existe otro rasgo a resaltar en la dinámica de los triates, mencionado entre líneas hace tres párrafos, y ése es su sostenibilidad instrumental. Más de la mitad de Terminal enfila energías hacia números de estructura simple y punchera que no necesitan de la voz de Elvis: “Ciudad Ficción”, “Retorno Del Respiro Extraviado”, “Mascotas Del Hogar”, “Paredes Torcidas”. Sólo cinco de un repertorio de doce pueden llamarse “canciones” -del resto, a lo mucho un par tiene pistas vocales, que no es lo mismo.

Encantador esférico, recubierto de una finísima gasa de textura polaroid que bien puede leerse como leve acabado lo fi -nunca en el mismo grado de quienes se ocupan los siguientes renglones.


Sorpresota en la Ciudad Imperial. Felino Renegado Records es una netlabel cuzqueña que inició operaciones en septiembre del 2018, con la toma demo de “Tú Y Yo” de Machu Michi -ahora Benji- como primera referencia de catálogo. Aún cuando de facto el sello ha cesado toda actividad desde mayo pasado, no ha habido comunicado oficial de disolución. Sería una pena, porque la plataforma ha dado a conocer toda una movida de artistas pop lo fi nacidos en el Ombligo del Mundo.

El último lanzamiento de FRR, fechado a fines de enero, se pensó como regalo adelantado por el día de San Valentín. Qué Bueno Que Ya Nada Es Igual compiló una inédita camada de músicos que probablemente ha crecido nutriéndose de Guided By Voices, Sebadoh y Smog; pero sobre todo de Beat Happening, de The Moldy Peaches y del desaparecido santón de la Baja Fidelidad Daniel Johnston.

Lo que no convierte a esta mancha en derivativa o facsimilar. El muestrario es netamente pop, aunque a veces fuerza ese límite, como en el noisico “Pegamento”, un tema de los chilenos Indenadfin (el otro invitado internacional es el tándem gaucho Sofi Bruun): su segunda colaboración, “No Sabes Lo Que Vi”, es comparativamente más asequible. Otros casos en que se sobresee tal frontera son el filo-electrónico “¿Gokú Por Qué Golpeas a Bulma?” de AkuAku, “I” -léase “i”- de Adrián Vacío y “Meper Donas?” de Benji; estos dos últimos arrejuntando al pop y al electro.

Siempre al interior de la estética lo fi, descuellan actos de pop acústico vagamente inspirados en la obra del músico perleño William Cano (Moon Over Soho, Odín Aleblian Kasparian, Xilofonmático, El Vals De Lucy Smith): Ali You Know (“Ponte Pijama”), PatO GarabatO (hoy Nematodos, “Perdedor” y “Las Personas Que Siempre Quise Conocer Sólo Las Pude Conocer En Sueños”), Super Manzanillas (“Niña Viajera” y “Frances”) o los sensacionales Tornasolada (“Ayayay” y “Lluvia Vieja”). También hay lugar para otros colores, como el lo fi playero de Rabi (“Veraneando” en versión maqueta), el tontipop pro-chapetón de Thunder Michi (“Happy Brownie”) o el divertido pop a cámara lenta de Billy Quién? (“Nos Destruirán A Todos”, guiño a The Grim Adventures Of Billy & Mandy incluido).

Composiciones registradas adrede en condiciones precarias, plagadas de errores técnicos, rebosantes de imaginación y de un temperamento emocional vivo. Iluminado arte naif -o lo que hubiera sido el legendario Vamos A Ser Felices (2004) con un norte excluyentemente pop.



Recién salido del horno, Richard Chuquitaype -Lunes, Fobya- me envía el trabajo fundacional de su unipersonal, El Estéreo Tipo. La instrumentación completa del volumen -sección de cuerdas, batería, teclados y sintetizadores- ha sido performada por el músico arequipeño, registrada en una tablet y mezclada en una lap top común y corriente. Las voces, por otra parte, se grabaron en Carmina Home Studio, de Raúl Begazo (Orquídea, Paisaje 3).

Hay una arista de Con Una Ayudita De Mis Amigos -nombre de elección bien poco afortunada- que luce bastante discreta. Es, en los hechos, un ortodoxo pop/rock correctamente ejecutado, pero algo incoloro. En él se entrampan temas como “Minimum” o “Eclesiastés 3”. También “La Redentora”, “De Esta Noche” o la reinterpretación de “Soy Un Extraño Que Va” (Los Iracundos); si bien el primero golpea enérgico, el segundo se manda unos toques cosecha 80s y la tercera no está exenta de una pasión afectada. En  cualquier caso, ésta es la ribera más modesta del CD.

En la otra orilla, el lado más interesante es campo abierto para aquello que diverge de lo anteriormente descrito. “La Niña De Mis Ojos (A Camila)”, efectiva balada electroacústica, es por contraste lo más convencional en este bolsón de cortes, donde asimismo se encuentran los medios tiempos de “Papá” (que adapta en clave de spoken word un poema del mistiano Alberto Hidalgo) y de “La Vida (Y Muerte) De Artemio Cruz” (indie de brisa a lo Hefner, que alude al personaje del célebre novelista mexicano Carlos Fuentes). Otros momentos estelares son “El Derecho De Equivocarse” (de lo mejor del disco) y la tropicalia de “Patrañas” (con Ricardo Brenneisen al micrófono).

Plástico regular. Hay material con que esperar cosas sustantivas en el próximo paradero. Falta nomás meticulosidad a la hora de refinar impurezas y bruñir acabados. Eso, y plantear mejor obertura y telón abajo -meter mano en un clásico como “Horizonte De Las Estrellas”, de Miguel Bosé, era un arma de dos filos, que esta vez ha resultado adversa.


Hákim de Merv

No hay comentarios.:

Publicar un comentario