jueves, 2 de junio de 2022

L-Ror: The Presence And Absence Of A Swerve Heart In The Birth Of Evil

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 25 de mayo del 2022.)

Uno de los sucesos con que la desaparecida label Internerds Recors empezó a escribir su corta-pero-intensa historia fue el lanzamiento a fines del ‘04 de Mixtape!, sustancioso muestrario triple que probaba suerte pasando revista a la mayor cantidad posible de sonidos florecientes en el underground peruano. De la jornada participaron tanto músicos/no-músicos de expectante kilometraje como debutantes absolutos, ubicándose entre los segundos L-Ror, nombre del que apenas si se supo lugar de procedencia (Arequipa). Hubo que esperar dieciocho años no sólo para escuchar la correspondiente puesta de largo, sino además para obtener mayor información sobre el elusivo acto sureño.

Resulta que L-Ror es la identidad paralela de Víctor Miranda Ormachea, factótum de Ruidósfera. Pensar que nos vimos en el ’18, cuando estuve de paso por la Ciudad Blanca, y no me confió que el seudónimo era suyo, que se lo había creado en el ‘01, que le reservaba para experimentos de código abierto bastante más ligados a la electrónica que lo mostrado con Ruidósfera, y que era de actividad intermitente/discontinua/vacilante/irregular. Prueba fehaciente de ello es que, recién en el año de la Pandemia, su BandCamp recupera el exiguo material grabado bajo esa chapa -Principles Of Nothing (1997-2010) (2010), extended donde se cuela el número cedido al voluminoso compi de Internerds (“0001”), y el single “Injuction To Cease Hostilities” (2014). A la par recibiría luz verde Ending EP (2020), de registro heteróclito respecto al de sus primeros escarceos.

En efecto, Ending EP poco o nada mantiene en común con lo antes publicado. En rounds como “First”, “Amusing Horrifysong” o el 45 del ‘14, L-Ror se perfila más como entidad electrónica que tenta por igual la indietrónica o el ruido digital -y, ya más tímidamente, la IDM o el downtempo. Freak noise que el extended rechaza, en favor de un avant bliss folk patcheado de baja fidelidad. Mares de distancia separan, pues, a Ending EP de sus predecesores; de la misma manera en que éste se halla millas por detrás de The Presence And Absence Of A Swerve Heart In The Birth Of Evil.

Primer rasgo sorprendente del esférico: la duración. Contados son los episodios discográficos de combos nacionales que se acercan a la hora y cuarto de extensión, y éste lo hace (con algo de esfuerzo, agrego). Segunda instancia a aquilatar, la más importante: el sonido. Esos accesos de bliss, de folk, de IDM, de ruido; han sido transmutados con naturalidad en melodías neoclásicas enmarcadas por aires sinfónicos -siendo éstos de tal magnitud, que levantan en torno a los diez canales de TPAAOASHITBOE la idea de una nueva sacralidad. Tercer elemento diferenciador, dicha impresión se ve reforzada por la carátula -intervención/recomposición de Valeria Valdivia Conde- y por los títulos que el ex Quilluya ha escogido al bautizar la mayoría de nuevas composiciones: “Diva Mortis (Cantata And Mantra)”, “Contemplation And Fall Before The End (Second Movement And Scherzo)”, “Strange Stillness In My Heart (Adagio)”...

El concepto de un ritualismo metamorfoseado/¿evolucionado? remece sobre todo la primera mitad de The Presence... Allí se concentra el arsenal de cuerdas sintetizadas y de teclados ¿virtuales? en plan órgano-de-iglesia, el incesante aliento de sinfonías que hesitan hieráticamente entre la desmesura de la barrocada y la simplicidad del renacentismo, la violencia sublimada que comporta adoptar procesos como la ascesis que el disco sugiere ha abrazado Miranda Ormachea en esta nueva etapa de su unipersonal. Una en la que, afortunadamente, también han encontrado cabida tonalidades de variopinta raigambre.

No es, en consecuencia, una espiritualidad atosigante la de The Presence And Absence Of A Swerve Heart In The Birth Of Evil. En “World Coming Down Over Me (Gala Mix)”, emergen un feeling jazzy que domina sus casi cuatro minutos y medio de improvisación al piano, y una voz filtrada hasta tornársele ininteligible. Este último es uno de los detalles en que difiere la versión ‘Waiting Mix’ del mismo track. Igualmente, en las relecturas de las vernaculares “Quenas (Symphonic Version)” y “Hanaq Pachap Kusikuynin” los guiños a las músicas altoandinas están muy patentes, a pesar de las eSTRINGdencias de inimaginables armonios -lo que no impide que, en la postrer recta de “Quenas...”, L-Ror exhiba una faceta a lo Jean Michel Jarre. De otro lado, las secuencias programadas/planteadas en “Contemplation And Fall...” o “Excerpt For A Kitten Called V” nada más sobrevuelan la atmósfera sacra que irradia el álbum, sin afectar tónica ni colores.

En el balance general, la placa pudo haber prescindido de un par de temas -no necesariamente de la segunda mitad. Dije que aquella nueva devoción mística en la que ahora hurga el proyecto estaba presente sobre todo en su primer tramo, no que se le obviase en el segundo. Una solución alterna se relaciona a aplicar más estrictamente el criterio de concisión. En aras de éste, quizá hubiera sido buena proposición recortar las dimensiones de “Strange Stillness In My Heart (Adagio)”, que progresivamente explora niveles de caos y distorsión a los que el plástico casi nunca es afecto. Quizá también extirparle a “Diva Mortis (Cantata And Mantra)” algunos de sus momentos finales, en los que acaba poniendo patas arriba la religiosidad  antes  pregonada.  Coincidentemente,  ambas  pistas  son  las que más se  elongan  mientras  el  CD  es reproducido -sobrepasan los diez minutos.

Como fuera, The Presence... acaba siendo una rara avis en la producción discográfica de la movida perucha, y literalmente un ovni en el contexto arequipeño. Así le posicionan su fervorosa neo-escolástica, su sinfonismo funcional, el perfil bajo de su sincretismo auditivo, la artificiosa limpidez que ahora posee su registro lo fi. Edita en físico Discos Astromelia, hogar de Sacre-X, Silvana Tello y Artaud.

PD: Completan la obra de L-Ror un ¿sencillo? ¿EP? homónimo, cedido a la rojinegra Noxa Recs, que contiene “Mi Vida Involuntaria A Bordo De Tus Fragmentos” (soundscape de once minutos y monedas); así como “Alone With Everybody”, rastreable en el “lado B” de la compilación Ciudad Sónica: Sonidos De Arequipa (El Blog Del Bam, 2015).

Hákim de Merv

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