jueves, 23 de noviembre de 2023

Sajjra: Serpent Is Present // Miyagi Pitcher: Isolde EP // Rito Verdugo: Kamikaze Boom

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 15 de noviembre de 2023.)

Todavía sigo cavilando si tengo a la mano las palabras justas para redactar algo acerca del más reciente parto de Sajjra. Subráyese “justas”: Serpent Is Present es tan distinto a lo que ha venido publicando Christian Galarreta premunido de ese alias, que son muchas más las dudas que los convencimientos. De hecho, creo que el único de éstos se vincula precisamente a la enérgica transición que comporta Serpent... respecto de su background.

La semilla del nuevo plástico fue sembrada antes de la emergencia sanitaria del COVID-19. Como es sabido en la comunidad avant garde nacional, el ex DiosMeHaViolado tiene un copioso cedulario de grabaciones inéditas e inacabadas, algunas de las cuales han pasado a integrar SIP luego de muchas jornadas de exhaustivo trabajo de mezcla a orillas del mar Egeo en Turquía. Por cierto, el bellísimo arte gráfico nace de una fotografía tomada al peruano bajo aguas anatolias por su pareja, la artista rusa Margarita Milova.

¿Qué escribir, entonces, sobre lo más reciente del individualista rimense? Rompe fuegos “Suena Como Azul Radiante (Oración Del Mediodía)” y en una los cambios empiezan a percibirse. Los silencios calculadamente intempestivos -si bien acaecen cada cuarenta segundos, igual resultan sorpresivos- se intercalan con elongados sets de 3/4 acordes solemnes, otorgando a la pista rasgos procesionales, hierofánticos, elefantiásicos. Extrañamente, la minimal huella psíquica que se imprime en los tímpanos no entra en conflicto con los estímulos que le han generado. El cortocircuito mental, eso sí, no se hace esperar. ¿Califica esto como ambient? ¿Puede ser el ambient a la vez litúrgico y sci fi? ¿No sería mejor hablar de un post pop etéreoangélico, alimentado directamente por el chispeante fervor que mana del subsuelo terrestre? ¿Su infinito final, de aisladas notas vibrafotónicas cual campanazos de diverso tono y cariz perdidos en el firmamento, alcanza a coronar esa suerte de renacimiento ritual?

Parapetada tras ciclicidades rebosante de drones en comandita abierta con el factor dub, “Beso Fin Y Descenso” no aclara el panorama. Cierto que la voz alcanza a hacerse inteligible -dejando apreciar versos de mítica inspiración altoandina como “Y En Mis Alas De Hielo/Acaricio Espejos De Mi Compenetración/Beso Fin Y Descenso/Sin Recuerdos Y Sin Piel”-, pero los trallazos contenidos de la drum machine inclinan a formular la hipótesis de un erosionado lado X del intelligent techno, desracionalizado y excluyentemente intuitivo. Descomponiéndose lentamente en sus códigos elementales, la pieza va tornándose incorpórea hasta verse reducida a una pendular onda eléctrica de retroalimentación sonora. Así repta hasta convertirse en la siguiente parada del trip, suscitando interrogantes equivalentes a los de su predecesora.

Lleno de incertidumbre, llego al tercer y último round de la placa, cuyo título pone de relieve la virtual equivalencia entre los dos sustantivos escogidos para el nombre de ésta. “Serpent” y “present” se escriben usando exactamente las mismas letras, lo que les hace anagramas uno del otro. Pese a los indicios que apuntan a las mismas raíces de que nacen las varias músicas de nuestros Andes, evidentes desde los tres minutos y veinte segundos, cuando bruscamente asume un rol solar-ceremonial; “Srpnt S Prsnt...” es el que más se condice con la obra precedente de Sajjra. Cornos transgalácticos/transdimensionales, mesmerizantes progresiones de resonancias vernáculo-noisicas, cuerdas de sibilantes efectos ambientales, soberbios estallidos de materia roja hecha sonido con que abrir portales hacia cualquier dirección a través del tiempo y de las vastedades sidéreas -arriba, abajo, adelante, atrás, izquierda, derecha; o las seis dimensiones del espacio indostánico. Sedante futurismo andino trasmutado y reelaborado, que hacia el epílogo se transfigura cada vez más y más abstractamente.

Así, pues, ¿qué clase de vuelo comporta Serpent Is Present? Planteando una utopía que probablemente acabe convirtiéndose en ucronía más temprano que tarde, ¿no tiene nada que comunicar a nosotros/as, habitantes de este hoy? Sospecho que su electromagnético mensaje estético todavía permanecerá algún tiempo indescifrable. Algo, no obstante, revela su naturaleza críptica. La Serpiente es el animal que identifica tanto al uku pacha o “mundo subterráneo” en la cosmovisión inca, como a la resistencia artística global más militante en estos deplorables días de consumismo oligofrénico y hipterismo arty -el underground, esa “vieja confiable”. Sea uno u otro el sentido que escojas, proclamar no sólo su supervivencia sino además su completa vigencia, constituye una auténtica declaración de principios para quienes vivimos en permanente disidencia.

Acostumbrado a esperar a que me saque de cuadro cada dos por tres, hace algunas semanas escribía a propósito de Gala EP, de Miyagi Pitcher: “...no es la primera vez que me queda la sensación de que el individualista oroíno tienta volver por sus primigenios fueros. Como tantos otros en el pasado, en este caso lo logra, pero vaya uno/a a saber si será ésa la nueva dirección del siguiente capítulo”. Puesto ya con antelación el parche, paso en consecuencia a comentar el nuevo extended del unipersonal de Chip Musik.

Como sucedía con Gala, Isolde EP se anuncia a modo de antesala para el nuevo largo a acreditar a esta identidad de Alexander Fabián, que responde a la bonita denominación de Petricor. A diferencia de su antecesor, sin embargo, Isolde tiene poco o nada que le posicione rumbo hacia el vaporwave. La obertura “Masquin” se materializa gracias a un evocador ambient inmaculado, que sugiere paisajes inundados de luz y de ese murmullo característico que delata la existencia de rutas de agua corriendo apenas centímetros bajo la superficie. “Cuaderno De Bitácora LO1993” subraya las ramificaciones ruidistas de ese mismo ambient, incrustándole a tal efecto jirones de un bliss pop en plena metamorfosis hacia el harsh noise, incitando así un enésimo vuelco del sonido Pitcher -esta vez hacia los tiempos del inaprensible Ikigai () (‘22).

Dotado de una carcasa que aglomera imaginarios de ciencia-ficción, el subsiguiente “Primer Verdor” se aviene al papel de punto medio entre “Masquin” y “Cuaderno De...”, tomando del primero la “líquida” concepción ambient y del segundo una cierta ausencia de nitidez -dejando en claro, como insinuaba este último, que el principal carburante del viaje es el dreampunk de 2814, Gates Of Siam y similares. Cuando Isolde EP empieza a despedirse con “Fuera Del Tiempo Y El Espacio”, en coordenadas totalmente “tecnológicas”, ya es notoria la filiación del acto al aludido microgénero, que usualmente -y aquí caes en la cuenta de que de lo mismo padece todo el menú- prescinde del menor vestigio de programación y/o secuenciación.

El dreampunk es, ergo, la nueva influencia hegemónica en el universo Pitcher. Al menos de momento. Ello supone una nueva circunvolución respecto de andanzas anteriores, pero nada garantiza que Fabián siga ese camino por mucho tiempo. Tampoco, que suceda lo contrario. Después de todo, está visto que el cambio es la única constante de esta historia. Cualquier duda sobre el devenir de MP, así, deberá aguardar hasta la aparición del nuevo larga duración para ser confirmada o desmentida. Colgado para la consabida descarga gratuita, el EP incluye cuatro hermosas postales correspondientes a cada tema y la opción de bajársele en formatos .mp3 y .wav, a criterio del/de la escucha.

Mandando al tacho una pausa de cinco años en lo tocante a LPs -el Post-Primatus EP apareció el 14/6/20 en modalidad free download, durante la temporada dura de la pandemia-, Rito Verdugo cuelga en BandCamp al sucesor de Cosmos (‘18), su estruendoso debut. A diferencia de éste, grabado en directo en el mítico y hoy desaparecido Hensley Bar de Monterrico, el nuevo volumen se ha concebido en los estudios de Quarter Note y ha pasado meticulosamente por las fases de mezcla y masterización -como lo demuestra la descomunal fuerza/energía que de su repertorio emana.

No es sólo eso, empero. La propuesta del cuarteto, cuya alineación sigue siendo la misma, ha madurado mucho desde las épocas de Cosmos. Si antes podía hablarse de una psicodelia garagera que había conseguido asimilar sin despeinarse punzocortantes riffeos metálicos, hoy es más apropiado alegar un heavy psych erizado de filosas espadas aceradas, cuyas empuñaduras se han labrado en lonsdaleíta. Esto es, un lisérgico output stoner al que poco le falta para acceder a la categoría sludge. Y lo más interesante es que el ensanchamiento de tal reciedumbre no ha implicado aumentar el tonelaje del soporte rítmico que comparten Carlos Del Castillo (bajo) y Luis Rodríguez Chávez (batería) -lucen éstos igual de ligeros, aunque mucho más aplastantes que en sus primeros tiempos como miembros de la misma unidad táctica.

De facto, si bien los niveles de brutalidad aural exhibidos por Kamikaze Boom no son uniformes, únicamente en la primera mitad de “Ritual Por La Eternidad” descienden del rojo. El pie no le da tregua al acelerador (“Ataque Shimpu”), mientras la performance instrumental de Rito Verdugo se desarrolla exponencialmente, deteniéndose antes de cruzar los límites del abigarramiento y de la profusión (“Vagabundo”, “Viento Divino”). La membruda bataca de Rodríguez asoma sumergida en methadrine, imparable (“Kamikaze Boom”, “Apocalyptus” y su coda nintendistoide), seguida fielmente por el reptante bajo stoneado de Del Castillo (“El Despertar”, “Aplastando A Las Ratas”).

También hay que resaltar lo mucho que ha crecido Rodrigo Chávez Garcés en su rol de cantante. Acreditado en KB como compositor de todos los tracks, sus vocales han adquirido mayores presencia y relieve, cualitativamente hablando. No ha sucedido lo propio con las guitarras de la banda, que empuñan tanto él como Álvaro Gonzales, hoy dosificadas -si bien para nada opacadas, e incluso protagonizando algunos semi-solos vistosos a la par que jugueteando con arabescos. Magnífico esfuerzo a ponderar en el segundo año consecutivo que el stoner patrio se toma de descanso sabático.

Hákim de Merv

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