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jueves, 17 de agosto de 2023

Canciones De Verano Y Costa: Un Tributo Del Pop Español A Paraíso Y La Mode

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 9 de agosto del 2023.)

Mi primera vez con La Mode sabiendo que lo que estaba sonando era La Mode, no fue realmente mi primera vez. Como supongo le sucedió a mis demás coetáneos/as, a punto de cumplir nueve recién comenzaba a descubrir la radio, y ésta rara vez emitía el single más exitoso de esos españoles. Curioso, ya que entonces -primera mitad de los 80s- se vivía en Latinoamérica el “boom del rock en castellano”. Me estoy refiriendo, claro está, al 45 rpm “Enfermera De Noche”.

Pasó mucho tiempo antes de que la legendaria formación de Fernando “El Zurdo” Márquez se me revelase en todo su esplendor. Era 1992, y en casa de un amigo que por esos años vivía ilusionado con la “trova latinoamericana” di con un mixtape confeccionado en La Colmena. A la cinta la escoltaba la llana denominación de Post Punk Españoles, e incluía abriendo el lado B “El Único Juego En La Ciudad”. Fue un amor a primera escucha, que se fundió con mi piel en Cuzco durante el verano del ‘94, y el inicio de un culto entre algunos/as de quienes hasta ahora son compas muy cercanos/as. No faltarían, después, más instancias decisivas: el redescubrimiento de “Enfermera De Noche”, la adquisición de la obra íntegra de La Mode registrada junto a Márquez a través de la recopilación triple Todas Sus Grabaciones 1982-1984 (se editaría un LP más sin él, antes de la ineluctable disolución), la certeza de no ser la mía la única colectividad de weirdos que se había enamorado del terceto (Cocó Revilla de Silvania y Ciëlo les reivindica en entrevista concedida a Freak Out!, publicada en el cuarto número), etc.

De manera que, cuando me llegaron nuevas fresquitas relacionadas a la confección de un homenaje doble dedicado a La Mode y a Paraíso -primera experiencia de Fernando posterior a Kaka De Luxe, este último-, me lancé a averiguar de inmediato si las noticias tenían fundamento. Y pues sí. Canciones De Verano Y Costa: Un Tributo Del Pop Español A Paraíso Y La Mode ha sido orquestado desde Valencia por Vicente Ribas, y contiene versiones variopintas de veintidós clásicos pertenecientes a ambas alineaciones. Previsiblemente, la mayoría de participantes es valenciana, aunque también los hay de otras regiones -y hasta uno que otro ilustre contemporáneo del entrañable combo, responsable de las canciones acaso más sofisticadas de su época, producto de su afición por la new wave y la estética new romantic, y de su pasión por el synth pop y el talento de Brian Ferry.

Precisamente es la recordada Casilda Fernández, vocalista de Estación Victoria, quien rompe los fuegos de la primera rodaja con una enérgica relectura de “Aquella Canción De Roxy”. Basándose en la versión LP del tema, cuya contraparte 7’’ era bastante distinta, la madrileña hoy radicada en Jávea -Alicante- cierra flancos reagrupándose con sus excompañeros. Rebautizados para la ocasión como Casilda Y Victoria, su excelente toma prescinde del grueso de la ornamentación filo-electrónica del original, entregándose a una performance mucho más rockera -que flirtea con la letra de uno de los éxitos más memorables de EV (“Cita En La Embajada Francesa En Saigón/Oh, Mon Dieu! C'est La Mousson”).

Muchas de las interpretaciones que encuentran cabida en Canciones De Verano Y Costa... se hallan fundamentadas en un pop/rock atemporal y en las variantes mínimas que de esta asociación se desprenden. Ese rasgo tiende a nimbar al díptico de una impresión de uniformidad, impresión si bien varias veces corroborada, nunca al 100%. En efecto, no son Los Viernes (“Y Al Final Carolina”), Arcanodia (“La Teoría De La Relatividad”), Scrig (“El Eterno Femenino”), Sauna Bytes (“Mi Dulce Geisha”), Última Emoción (“Cita En Hawaii”) o Los Inhumanos (una jubilosa “Las Chicas De La Inter”); lo mismo que Jon Dove (“Amor En Taxi”), Falsa Pasión (“Wild Puppets (We Love You So)”), El Aviador Dro Y Sus Obreros Especializados (“La Estrella De La Radio”), Los Radiadores (“Makoki”), Amiga Mala Suerte (“No Te Equivoques”) o Uve Eme (“Aquella Chica”). Si bien ninguno de ellos consigue poner de vuelta y media las brillantes creaciones de La Mode, los primeros por empeño y ganas no quedan, mientras que los últimos no ensayan mayores variaciones respecto de los modelos (o dan peligrosos pasos en falso). Sorprende, para mal, que sea justo en este segundo grupo donde se sitúan dos históricos de la movida española de hace cuatro décadas: El Aviador Dro... y Falsa Pasión.

Salvo excepciones como la de Casilda Y Victoria, son las versiones que se salen del molde las que mejores resultados obtienen, pese a que ello no comporta una regla. Sí es el caso de Mist3rfly, cuya relectura de “Enfermera De Noche” se vuelca completamente al electro. También es el de Los Detectives, el otro ensamble que nace tras la desintegración de Paraíso, quienes perpetran una ejecución punk de “Sé Una Chica De Hoy” con guiños al fundacional EP de Kaka De Luxe (y menos sutilmente a los Ramones). Y es el de Víctor Eme y SERCH. (sendas fantásticas reinvenciones electrónicas de “La Evolución De Las Costumbres - Radio Edit” y “En Cualquier Fiesta”), así como el de Matamala (lúdica revisión punk de “Para Ti”).

El premio gordo, sin embargo, se lo lleva Juegos Nocturnos. Este proyecto, que une a dos referentes imprescindibles de la movida ibérica (Per Mertanen de Décima Víctima y Jesús Amodia de P.V.P.), deconstruye la magnífica “El Único Juego En La Ciudad”; rearmándola a punta de generosas dosis de espacioso dub y de un tridimensional reggae en clave roots. Quién hubiera pensado que tal cosa sería posible. Ni el mismísimo “Zurdo”, creo, cuyas maravillosas composiciones al lado de Mario Gil y Antonio Zancajo permanecen como uno de los picos a los que llegara la escena independiente ochentera, hija desafiante de la España liberada de la tiranía franquista.

Hákim de Merv

jueves, 19 de septiembre de 2019

Geometría Subterránea: Compilado Post - Punk Chile

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 11 de septiembre del 2019.)

Hace casi tres meses, apareció en la Red un compendio independiente de referencias actuales que recibió el título de Geometría Subterránea: Compilado Post - Punk Chile. El upload es relevante por algunas razones que vale la pena revisar.

La primera de ellas atañe al devenir y anales de la movida en el hermano país del sur. Que Chile no gozó de una camada de combos emparentados con el post punk ni el darkwave originales, es afirmación que roza el axioma. Durante los 80s y hasta mediados de los 90s existió variedad de nombres mapochos asociados a la new wave (Aparato Raro), al synth pop (Viena, Electrodomésticos), incluso a la no wave (TV Star, Dadá, Pinochet Boys); estilos germinados tras la explosión del punk. Pero la Historia posiciona a la escena sureña de aquel entonces tradicionalmente más cerca de este último (del mismo modo en que, antaño, el Perú fue laaaaaargo tiempo feudo del dark y del gothic): Anarkía, Los KK’s, 8 Bolas, Caos... De todos los protagonistas chilenos de esos días, quizá los únicos tributarios directos del provocador paroxismo y de la severa estética “anti-solos” del post punk fueron Emociones Clandestinas -sólo en algunas canciones-, 24 Ancianos y Upa!

Una segunda razón se relaciona a las crisis cíclicas de-innovación-y-no-tanto-de-creación que atraviesa el pop contemporáneo. Que en este siglo cada género del anterior tiene asegurados sus quince minutos de notoriedad gracias al correspondiente revival, también es verdad de perogrullo. Y no existe razón para avergonzarse de ello: si ha sucedido en New York o en Madrid, mucho más justificado está que pase en las periferias del mundo (in)civilizado. Lo curioso de que suceda en Chile, en todo caso, es que se trata de la primera movida generacional relativamente articulada adscrita al post punk.

Adherida al post punk, pero no excluyentemente tal, faltaba agregar. En Geometría Subterránea: Compilado Post - Punk Chile, toma posiciones gente que además le entra al darkwave, al shoegazing y hasta al pop punk. Aunque ello puede interpretarse como efecto colateral de las cuatro décadas transcurridas entre el surgimiento del post punk original a ambos lados del Atlántico, también se explica ante la ausencia de pares chilenos de The Rapture, Erase Errata o The Organ. Una circunstancia que asimismo ha tenido lugar en el Perú -por causas distintas: insólita y torrejamente, decenas de nuevas bandas dark-gothic seguían saliendo en paralelo a Liars, Radio 4 o Clinic.

Pese a que algunos artistas implicados en Geometría Subterránea... no le encuentren mayor chiste a conformarse con un facsímil inane del post punk (¿para qué reproducirle tal cual, si se le puede mejorar añadiendo elementos de otros territorios sonoros?), terminan siendo mayoría los que optan por la reinterpretación fiel -no deja de ser admirable, con todo, la devoción que en ellos aún inspiran los pilares del período. De los estupendos ariqueños BrendanJordan (dos EPs) al terceto capitalino Dosis Dionisios (dos discos completos), los músicos que eligen la pureza con reguladas inflexiones de darkwave ocupan siete de las diez plazas en esta breve y urgente compilación. Ubicándose para más señas a escasos centímetros de sonar a lo Joy Division o The Cure, están Bicho Raro (“Resiste”), Parasomnia (“Rasguños”), Nostalgia Eléctrica (una instrumental “Tiempos Bellakos”), BrendanJordan (“Ciudad Gótica”), Dosis Dionisios (“El Túnel”). La excepción a la regla la constituye Eleterios, cuya vitalista “Droga Legal” me recordó bastante al pop punk de fines de los 90s.

Por el lado del post punk corregido-aumentado-y-abierto, los restantes salvo uno: Intimate Stranger (el dream pop acibarado de “Swear To Me”), los también ariqueños Saxaband (el vendaval de reverberante distorsión fantasmagórica en “Nebulosa”) y los únicos a quienes conocía en la previa, los coquimbanos Seatemples -que ceden el tema “Lanterns” de su muy recomendable debut Down Memory Lane (2017, jornada a medio andar entre el post punk, el dark y el shoegazing). Si bien debería igualmente incluir en este último rubro a Efecto Violeta, el alias constituye una excepción por donde se le considere.


Efecto Violeta se funda en Mérida, Venezuela, siendo su principal impulsor, Alan Violet, de Maracaibo. El grupo se ha mudado a Lima en el 2017, residiendo en la ciudad desde entonces. Hace unos días Camila Rodríguez, de Casa Tomada (Concepción), se les ha unido en el bajo -y ya tienen tocata programada para el próximo 5 de octubre en cancha de nuestros vecinos, junto a Dosis Dionisios y a Parasomnia, lo que apunta a una nueva mudanza hacia el sur. Geometría Subterránea... se ha publicado el 21 de junio, sin embargo, por lo que su inclusión no queda del todo clara. Coyunturas aparte, “Viéndome Caer” no cuaja del todo: parece ser un sucedáneo de lo que Simon Reynolds denomina “big music”, es decir, la unión del minimalismo post punk y de la ampulosidad de las formaciones pop de fines de los 60s -Echo And The Bunnymen, Blue Orchids, U2, siguen nombres. Esa extraña indefinición impide que la participación de EV trascienda, a diferencia de lo acontecido con sus mayores. Mejor suerte para la próxima.

Esta compilación, que sospecho tendrá continuidad y cuyo nombre es en sí mismo una tercera razón a subrayar, pues alude a la crispante angularidad esquemática del post punk 78-84; es de descarga gratuita. La puedes descargar haciendo click aquí.


Hákim de Merv

jueves, 14 de febrero de 2019

MF1914: Todo Es Parte De Todo Y Todo Se Desvanece En El Aire // 16 Bits: El Mundo Acaba Contigo // Lego 12: Yoru No Tori // Miguel Uza: Miguel Uza

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 6 de febrero del 2019.)

LOS DISCOS PERUANOS DEL 2018 QUE NO ALCANCÉ A RESEÑAR (II)

En una realidad divergente, con un país bastante más civilizado, que honrase la corajuda y talentosa escena independiente que abriga; el esquivo alias de Jean Bastian estaría protagonizando una polémica de sesgo taxonómico a raíz de su segunda entrega, Todo Es Parte De Todo Y Todo Se Desvanece En El Aire (2018). ¿Es vaporwave? ¿Ambient synth? ¿Vaporsynth? ¿Vaporpunk -nunca lo mismo que steampunk-? ¿Qué es?

A Propósito De Flores, ¿Y Dónde Están Los Poetas? (2016), que anunciaba un giro hacia la estética creada por Macintosh Plus en su crucial Floral Shoppe (2011), no (me) bastó para calificar a MF1914 como abanderado nacional del vaporwave. Todavía se validaba allí mucho de lo que el limeño articulase en los días synth de su entré absoluto, Canciones Cortas Para El Próximo Verano EP (2015). A Propósito..., además, fisuraba ocasionalmente esas hegemonías injertando implosivas digresiones de drum’n’bass y house trap (¡...!).

Aunque los tiros parecían dirigidos a profundizar la novedad del album del ’16, avalados por la participación de Bastian en el Lego 11: Vaporwave (2018) de Chip Musik, lo concreto es que MF1914 ha perseverado en sostener la equidad de su primer round -depurada y radicalizada, por cierto. Todo Es Parte De Todo... viene antecedido por una declaración de intenciones de la que no gozó su antecesor. Escribe el capitalino: “...es un disco conceptual inspirado en la cultura cyberpunk (Blade Runner, Ghost In The Shell, Animatrix, Akira, Lain, etc). Disco donde trato de encontrar mi propio significado de lo que llamo VIDA. Un viaje sonoro con diferentes caminos pero con un solo final. Fundirme con todos los que son y han sido”.

Tal cual dos años antes, el vaporwave y el synth siguen dividiéndose el protagonismo en la música de MF1914. Canales como “72826”, “Segundo Acto”, “Actualización” o el breve “Sólo Después Será Lo Que Es” desencajan su ensamblaje synth para asimilar fogonazos vaporwave. El reverso de esta mecánica adviene en cortes como “Sint-Ética”, “Todo Es Parte De Todo”, “Materia En Movimiento”, “Todo Se Desvanece En El Aire” o “Cierre”; prologada esta última por el diálogo entre Eldon Tyrell y Roy Batty, personajes de la inmortal Blade Runner. Ya que el film de Ridley Scott es aludido nuevamente, conviene precisar que casi todos los referentes citados en el párrafo anterior cuentan con al menos dos décadas de antigüedad. El cyberpunk está, por ende, lo suficientemente integrado a la cultura pop contemporánea como para permearse a nuevas invenciones de la misma laya que la del vaporwave. Menos mal.

“Vaporsynth” es el término que mejor resume a MF1914. A ello suma una circunstancia que aún no subrayo. Tú, que ya has escuchado el disco, ¿te has dado cuenta de lo vaporwave que suena Bastian sin recurrir a los samples marca 80s de rigor, salvo por el que acabo de acotar?


Las diversas coyunturas de fin de año, que comienzan a erupcionar desde fines de octubre, tienden a jugar contra algunos lanzamientos independientes invisibilizándoles. Así sucedió en noviembre del 2018 con El Mundo Acaba Contigo, estreno formal de los trujillanos de 16 Bits. Digo “formal” porque los norteños tienen un split single virtual con Kill Amigo, lanzado en febrero del 2017, en el que acomodan “Rebecca Sugar” (nada disimulado tributo a la creadora de la serie animada Steven Universe) y “Gameboy RIP”.

16 Bits es un nombre que confunde. Apenas lo escuchas mentar, piensas en un proyecto electrónico. Nada más falso. El quinteto compuesto por Kevin Pantoja (guitarra), Mateo Novoa (guitarra), Giancarlo Díaz (voz), Alonso Castillo (batería) y André “Y Punto” (bajo); se ha condensado bajo los mismos parámetros de nombres como Mundaka y Almirante Ackbar. En el imposible árbol genealógico de la movida peruana, esa afinidad les sitúa al interior del pop/rock de dominio indie.

Las canciones de El Mundo Acaba Contigo se sienten cómodas pisando el acelerador (“Ónix”) o prescindiendo de hacerlo (“Súpermariosunshine”). Sobre todo las primeras son alegadas por el grupo para hablar de una ascendencia pop punk, pero honestamente poco o nada me suena 16 Bits a Billy Talent y similares. Sí devienen en flagrantes, en cambio, las influencias del manga/anime y de la gamer culture; tanto en las letras de las canciones como en la mayoría de sus títulos. A los ejemplos indirectamente dados, pueden agregarse “Perdóname Yoshi”, “Toriel” (“Contemplar Cómo Caes, Te Encuentro En El Momento/Se Siente Que Esto Va A Ser Eterno”), “Nueva Partida”, “Rebecca Sugar” (“Estuve En Una Guerra Mucho Tiempo/Ya No Quiero Estar Acá”), “Multiplayer”, “Cadena De Memorias” (“Me Despierto Con Fantasmas En Mi Mente/Son Los Recuerdos De Un Pasado Diferente”) o “Starfox”.

Tres estrellas de cinco posibles para este esfuerzo adecuadamente balanceado, salvo y para bien por el rush final, ése que arranca con “DK Bajo La Lluvia”.


Pese a haber sido significativa porción constitutiva de su identidad desde un inicio, es cierto que de un tiempo a esta parte Chip Musik había dejado un tanto de lado la publicación de material en la senda del shoegazing (y de su estado larval, el dream pop). La discográfica salda esa deuda con un díptico del que selecciono para la disección su segunda mitad, en el marco de su ya célebre serie de compilaciones.

La norma en Lego 12: Yoru No Tori (2018) es, pues, el shoegazing. Como estila hacer ChM, la prioridad la tienen los tracks nuevos, o en todo caso inéditos -criterio no excluyente: los hermanos chilenos de Seatemples colaboran con “Seaweed”, pauteado en su puesta de largo Down Memory Lane (2017). Lego 12..., ergo, tampoco redunda en la autarquía. Hay gente de Japón (In Another North y Collapse), de Inglaterra (Light That Change), de Rusia (Shoe Shine Six). Incluso hay agrupaciones binacionales, como los greco-canadienses The Pink Elephants y los suizo-usamericanos The Churchhill Garden. Antaño inconcebibles, gracias a que Internet empequeñeció las distancias las colaboraciones entre antípodas hoy son cosa común.

Peculiaridad a remarcar: los créditos peruanos, que sólo participan con pistas inéditas/nuevas, en más de una oportunidad se asocian entre ellos para tal fin. Soma es el caso más notorio, estampando su rúbrica en “Despertar”, “Tus Sombras” y “Desde La Lluvia”; al lado de Norvasc, Absi y Ionaxs, respectivamente. Ionaxs, por otro lado, no figura en solitario -pero su impulsor, Jorge Rivas, lo hace como Puna a través de “Abies Alba” y de la infinita “Labriegos De Ensueños”.

Es el de ...Yoru No Tori un registro muy bonito y ensoñador, de cabo a rabo. Hasta no habituales del género, como el individual ambient pop Polvos Azules de Giancarlo Samamé (fugaz “Hinku”), no desentonan con el espíritu del plástico. Esto, porque el shoegazing de ...YNT, tributario de Airiel, Fleeting Joys, Air Formation y sucedáneos; no excluye tenues coloraciones digitales. Si este verano no fuese tan lacra, el díptico, y más aún su segunda mitad; sería el soundtrack a escuchar mientras el sol termina de zambullirse en el océano (lástima que el gringo esté tan ladilla).

No veo la hora de reproducir a renglón seguido el Lego 13: Tsuitachi No Tori.



Con el debut homónimo de Miguel Uza (octubre del 2018), por fin puede afirmarse que todos los integrantes de la formación clásica de Rayobac al menos tuvieron un episodio ligado a la Música tras el deceso del recordado combo. El de Valentín Yoshimoto fue su perdido Mañana EP (2010). Carlos García a.k.a. Carlangas a.k.a. Zetangas tiene ya cuatro trabajos editados, sin contar una recopilación de melodías fechadas entre el 2000 y el 2002 (disponible en SoundCloud), y se halla en preparación del quinto. Y Ernesto “Neto” Pérez ha sido por luengas temporadas el baterista más rankeado/solicitado del circuito underground perucho.

¿Y qué era exactamente Rayobac? Más allá de la discusión sobre si es válido o no considerarle seminal, fue una buena banda a la que aún hoy se echa de menos. Tomó forma a fines del 2000, siendo su primer line-up Zetangas (quien venía de Electro-Z, guitarra y osciladores)/Uza (guitarra)/Yoshimoto (guitarra)/Francisco Melgar Wong (batería y voz; nótese la ausencia escrupulosa del bajo). A mediados del 2001, Melgar es reemplazado por Neto Pérez en la teba y por Uza frente al micrófono, dando lugar a la alineación más perdurable.

Como también pasó con Las Vacas De Wisconsin, el Destino fue ingrato para Rayobac, que después de quedar reducido a trío por la partida de Uza a España a principios del 2004 se desintegra al finalizar ese mismo año. Su legado se reduce al EP casero de temas originalmente intitulados, que documenta una primera etapa con la voz de Melgar en que predominan tonadas a lo Mogwai (post rock) o Yo La Tengo (indie); al epónimo debut y despedida de resuelta semejanza con el Sonic Youth más osado (noise rock) y la malograda saga Pussy Galore; y a una gavilla de números cedidos a múltiples compilaciones. Increíblemente, éstos son los únicos que en vida difundiese el conjunto: tanto el Verano 2001 (Ensayo) EP como Rayobac fueron publicados de manera póstuma (2005 y 2007, sucesivamente).

Uza grabó en el Perú, en el 2017. El guitarrista contó con la complicidad de todos sus ex compinches (la eléctrica de Zetangas en la kilométrica divagación de “Soundcheck #2”, las secuencias de Neto en “La Teoría De La Omisión”, la labia de Yoshimoto en “Dan y Nancy”), y aún de habitantes del entorno de Rayobac (Pablo “Kaboogie” Gotto en bajo, guitarra acústica, guitarra eléctrica, mini moog y coros; Santiago Pillado-Matheu de El Hombre Misterioso en batería). Después de volver a España, a Barcelona para ser exactos, lanza el disco vía BandCamp -precediéndolo de los singles “Latidos En La Sien” y “Dan Y Nancy” (ambos recogidos en el estreno).

Miguel Uza se asemeja más a lo hecho en la segunda etapa de su banda máter, pero de un modo bastante más accesible. Es como si lo que de caótico e impredecible se había traído consigo la experiencia Rayobac de su estadía en los abismos profundos del Ruido, se hubiera sedimentado del todo. Las ondas sonoras que rebotan en el disco lucen sobrias, como enfatizando casi sangrantemente la falta de ese ingrediente/elemento/componente que enciende la pradera. Quizá sea que no se trata de una composición work in progress, como pasaba en Rayobac.

No me malentiendas. Éste es un correcto pitazo inicial. Tiene minutos que te levantan al menos una ceja, como “Lo Más Cerca De La Paz”, la intensa “Todo Sigue Igual”, “CI-7499” (pinta de out-take de la primera etapa de Rayobac) o las gemelares “Latidos En La Sien” y “Días De Radio”. El músico ha conjurado el espíritu, pero en el proceso y quizá debido a la prolongada para ha extraviado el sentimiento, ése que convertía a la música de Rayobac siempre en la pesadilla de otros -y que consiguiese estabilizar/contrapesar cosmos, caos, creación, destrucción, belleza y horror feísta en el CD del 2007. Muy probablemente, será cosa de esperar a que los motores largo tiempo apagados alcancen otra vez temperatura de fundición.


Hákim de Merv