(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 22 de junio del 2022.)
Anunciando el apogeo de la estación a la que guiña su título, y que la semana previa llegó a su fin, ...Autumn Tapes aparece en las postrimerías de abril. Como suele pasar en episodios de la serie cuyas temáticas no se hallan presididas por género específico alguno, en el decimocuarto Lego confluyen diferentes formas de comprender y acercarse al Sonido -evidentemente cercanas a los códigos estéticos que recorren con frecuencia los obreros de la colmena Chip. En lo tocante a aspectos formales de la compilación, éstos son idénticos a los de sus predecesores: un track list en el que intervienen músicos de la casa (no faltando novedades), proyectos que orbitan en sus proximidades, invitados de tierras lejanas... Aportan estos últimos ciertas pinceladas de excentricidad al menú dispuesto, como el tempestuoso IDM críptico con incrustaciones trippy del ruso Saybik (“Wave Toxic”), el audioextremismo filo-industrial de veloz zarpazo del acto polaco Øzcvr (“Impøssible”), y el hip hop abstracto/solarpunk del talentoso productor alemán Wasteofblood (“Freeze”).
En el rubro de quienes colaboran de continuo con la plataforma, figura Rolando Apolo y una impresionante “Zorro De Arriba Y Zorro De Abajo”, apertura del panorámico que me hizo pensar en unos primigenios Silver Apples sumergidos en neblinosos bancos de dub digital -psicotrónico tratamiento de la voz del Taita José María Arguedas incluido. También se cuelan aquí el dark ya medio herrumbroso de Cashiari (“El Prado De Los Ecos”), el cálido ambient pop instrumental de Polvos Azules (“Gallito De Las Rocas”), y la electrónica de lúdica ejecución de Vrianch (“Antes Del Día” recuerda mucho el cósmico ambient prog del recientemente desaparecido Vangelis). Mención aparte merecen aquí dos nombres en otro tiempo hermanados: Luxsie y Les Replicants. Poniendo sobre la mesa muchas de sus facetas -electro-dark, ethereal wave, lo fi pop-, a la vez que homologándolas bajo un penetrante halo cyberpunk, en “I Have A User (88.2.24 Bits) V2” se revela la ex replicante Luz Cáceres como una lustrosa Skynet del Armagedón. Merced a un alentador proceso de reajuste respecto de su fallido s l e e p / p a r a l y s i s / d ae m o n 金縛り鬼 (‘21), y rebajando drásticamente el promedio de duración de sus temas, en “KMLL” el atildado maridaje entre bliss pop y post rock de LR le deja mejor parado de cara a su siguiente movimiento.
Suena la hora para aquellos artistas que han nacido y/o crecido como tales en Chip Musik. Esta vez, casi la totalidad de ellos se inscribe en coordenadas binarias -salvo Xtredan, que prefiere desobedecer esa uniformidad con el ¿harshgaze? de “Universo”. A decir verdad, cada alias de este contingente ha buscado a su modo zafarse del molde, pero es el seudónimo de Dante Izaguirre el único que de veras lo consigue. Yume Station, por ejemplo, intenta renunciar al glitch en favor de un output mutante que a ratos coquetea con el illbient (“March Contraction”). Mongo No Stars, cuyo Neofhyte Miscellanea se consagrase el año pasado como el mejor álbum peruano, se decide en “The Brain Of Our Species” por la primorosa aritmética de un IDM dulce y apolíneo, guardando bajo llave el groove acid techno de su ungido debut. Siam Liam cancela un rato el lado noise de su Sul Da Pradaira (‘19) para regalar un robusto ejercicio de luminoso intelligent techno en “Vimana I982”. Ninguno, pues, logra realmente trascender los propios fueros; lo que no significa que ese error de cálculo les desvirtúe. Por el contrario, y sumando “Phase I” del bisoño Apnea (sincopado ambient abrasivo de tesitura que remite al primer Boards Of Canada), todos los aludidos cumplen con creces.
Si la memoria no me traiciona, Lego 14: Autumn Tapes será recordado entre otras gracias por convertirse en la primera entrega de la saga que se permite insertar versiones. Con disímil suerte, eso sí. Alcaloidë encara oficiosamente un clásico de los 90s: “Montreal” de Autechre. Su relectura consigue equilibrar potencia y sapiencia. No sucede lo mismo con El Otro Infinito. No sé qué ha intentado hacer Alfonso Noriega con el tremendo “Disintegration” de The Cure: cual sea la respuesta, no parece haberlo conseguido. En exceso deconstruido, demasiado reprocesado, su impromptu funciona más como nueva pieza que como versión.
El comentario al siguiente capítulo Lego, ya disponible desde mayo, para otra ocasión.
Hákim de Merv
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