viernes, 2 de junio de 2017

Cholo Visceral: Cholo Visceral

(Publicado originalmente en mi cuenta Facebook el 6 de marzo del 2015.)

Hace mucho tiempo, disponer con virtuosismo tropecientas notas por segundo en una composición que se elongase más de cinco minutos, era motivo de escarnio público. Entonces habían quedado atrás los días de gloria del prog rock, se había producido el cataclismo punk y vivíamos los años del after punk, de la new wave, del power pop. Para un melómano omnívoro, de ningún modo se justifica esta condena generalizada, pero se entiende: el punk había recuperado para la música pop sencillez y concisión, y los 80s eran la década del “No-Pasado”. Esta incisiva malquerencia no tardaría gran cosa en desaparecer: ya en 1984, This Mortal Coil comenzaría a escarbar en ese filón del pasado no para calcarlo, sino para alimentar una estética más depurada. Aunque bien es verdad que “progre” seguiría siendo sinónimo de “pretenciosidad” hasta fines de los 90s en todos lados (¿alguien se acordará todavía de los excelentes Avispón Verde?).


Hace más o menos tres años, tuve oportunidad de escuchar nuevas bandas locales que no reivindicaban frontalmente el rock progresivo, pero que sí se hacían eco de su legado. No digo nada nuevo si afirmo que el cadáver del prog ha ido a fertilizar otros géneros pop más o menos afines a su patrón genético -en especial el stoner rock. Aquella vez, la banda que se quedó rondando en mi cabeza largo rato fue Cholo Visceral. Pese a que el grupo se declara abiertamente progresivo, su debut epónimo (2013) es más un crisol que un manual de estilo: progre, sí, pero también jazzero, psicodélico a la antigua, space en clave de Hawkwind, y stoner (más Samsara Blues Experiment que Queens Of The Stone Age). Como corresponde a esta clase de experiencias, eran cinco temas que marcan un promedio de 7 minutos -salvo el cierre, “Luzbel: El Pasaje Infernal”, que rebasaba la decena.


Cholo Visceral, pues, tiene pinta de todo menos de progre de viejo cuño. Por momentos, su música remite a épocas anteriores a la civilización humana -eras geológicas de titánicos cambios convulsos, cuando el estruendo y el fragor eran norma día y noche. No pocos ratos, el sonido ágil y potente de CV, poblado de enérgicas atmósferas; distorsiona la realidad hasta convertirnos en privilegiados testigos en trance de la Edda Mayor, del desgarramiento del Cielo y la aparición de los Olímpicos, de la batalla final entre los Valar y Morgoth... Muchas de estas impresiones, soy consciente de ello, suelen ser asociadas al rock progresivo. Sólo que aquí, éste no lleva la batuta.

Cholo Visceral son Arturo Quispe (guitarra), Joao Orosco (batería), Max Vega (saxo soprano), Kevin Lara (guitarra) y Manuel Villavicencio (bajo). Participaron además en el disco Nagel Diaz (efectos de sonido) y Armando Córdova (violín). Se han presentado sin descanso por años, así que oportunidades para verlos en vivo no precisamente escasean. A parar la oreja.


Hákim de Merv

No hay comentarios.:

Publicar un comentario