(Publicado
originalmente en mi cuenta Facebook el 11 de mayo del 2016.)
Tras haber visto bien de cerca a la escena chilena, se me ocurre que acaso no estaba tan equivocado al teorizar sobre factores constantes operando de forma similar en todas las movidas sonoras independientes de la región, por encima de las variables que signan a cada una. Los circuitos del underground mapocho gozan de la misma vitalidad que atestiguamos aquí a nivel subcutáneo -pero, como pasa también en nuestro caso, ese maëlstrom no es reflejado por la mass media.
De entre los amigos
y las amigas con quienes tuve oportunidad de conversar allá, no fueron pocas
las voces/veces que sindicaron a Fatiga De Material como la nueva promesa del
under sureño. El mismo día en que volví a Santiago desde Viña Del Mar, tuve
oportunidad de conocer al guitarrista de la banda, Bernardo Naranjo, quien
gentilmente me obsequió un ejemplar de su nueva producción. Unas cuantas horas
antes les había escuchado en vivo a través de YouTube, por recomendación de mi
querida amiga y anfitriona Rita Allard -quien fuera también la persona que nos
presentó a Bernardo y a mí-, y del camarada Raúl Cabrera Hidalgo. Pero el
homónimo esférico permaneció sellado hasta mi regreso a Lima (como sucedió con
todo lo que me traje desde esas lejanas latitudes).
Fatiga De Material
no es un grupo recientemente formado, pues se funda en el 2007, en Valparaíso.
No obstante, es en el 2013 que alcanza su actual y según parece definitiva
alineación: Naty Lane (bajo; école, la misma de Hammuravi, Adelaida, Platillo Volador -¡¡¡para la mano, mamacha!!! ¡¡¡maternidad responsable!!! XD-), Diego
Valderrama (batería), Nicolás Gajardo (segunda guitarra, toca también en
Platillo Volador) y Naranjo (primera guitarra y sintetizadores). El año 2009 marca
el inicio de la publicación de sus trabajos, la mayoría de ellos de corto
minutaje: de hecho, la única referencia en largo previa al nuevo disco es Se Vende (2012), en sociedad con el
cantautor Álvaro Peña Rojas (quien formase The 101'ers nada menos que con
San-Joe-Strummer-que-estás-en-los-cielos). Todos estos registros, incluido el
que motiva este sucinto comentario, se encuentran en BandCamp disponibles para
libre descarga.
Es medio complicado
ser taxonómico con Fatiga De Material, para más señas un ensamble 100%
instrumental. Las plumas especializadas en Internet les han descrito como post rock.
Algo de eso hay, pero creo que el post no llega a ser la estética de más peso
en el sonido de la banda. Tal vez sí por el lado de Rodan (matriz de June Of 44)
o de Bastro (matriz de Gastr Del Sol y de Tortoise), pero en todo caso más
apropiado sería definirles como “proto post rock”: el prefijo antes del prefijo
confiere un poco más de libertad a las composiciones, y entonces puedes
encontrar similitudes con el post hardcore de Modest Mouse -o, por citar un
nombre patrio, Plug Plug. Pero si bien este galimatías de tonalidades era más
patente al principio (verbigracia, su EP homónimo del 2009), el sonido de FDM en
el largo luce límpido, como orientándose hacia el indie vaporoso de The Sea And
Cake -o, por citar un par de nombres patrios, Tony Danza y Kinder (de su
reformulación del 2010 en adelante).
El grupo manejaba
ya la suficiente sapiencia intuitivo-instrumental como para imprimirle variedad
a los números de este FDM: indie como
El Otro Yo en “Intro”, neo post punk en las primeras notas de “Jamás”, brioso
pop 90s en “Funeral Party” (nada que ver con el clásico de The Cure, por
siaca), y prístina cadencia cuasi-baladesca en la extensa “Catalina”. Con todo,
resulta innegable cuáles son los matices elegidos asiduamente en la paleta
timbral de la banda -una ráfaga de música vivificante en el contexto de las
nuevas generaciones de avant pop chileno: Nubosidad Parcial, Mimo Violento,
Tripulante De Soma, La Oficina Del Sueño, siguen nombres... Congelador ya puede
respirar tranquilo: aquí están los jóvenes, carajo.
Hákim de Merv
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