(Publicado
originalmente en mi cuenta Facebook el 16 de mayo del 2016.)
Qué bonita banda es Fotogramas. Y sobre todo, honesta. Un dueto que describe su estilo como “pop soñador”, lo cual le posiciona en el batallón de ensambles shoegazing de esta parte del globo -pero que no lo relega allí.
Para la Historia quedará sentado que Daniel Vargas crea el alias en el año 2010, o quizá en el 2009. La fecha es medio escurridiza, pero lo concreto es que la primera señal de vida de Fotogramas es un EP para libre descarga titulado Instrumental, fechado en diciembre del 2010. La edición física, que corrió por cuenta de Sello Recolector, ha debido esperar hasta el 2013.
En este primer
paso, Fotogramas exhibe una clara veta de diáfano, emotivo pop, cuya tesitura
empieza a probarse en el fuego inextinguible del shoegazing muy tímidamente. La
apertura “Ilusión E Introducción” no pasa de ser un número pop al piano con el
embriagante aroma de lo casero. “Proyecciones” es menos clásica en su
concepción, si bien sigue siendo pop a pesar de que empieza a paladear Vargas
la distorsión en la guitarra. Sin tener todavía mucho en cuenta a ésta -la
distorsión-, la estructura predominante en todo el extended es la utilizada en “Proyecciones”:
dosificadas melodías de dormitorio, con el concurso de una drum machine. Lush y
Swallow podrían ser referencias a citar, obviamente despojadas de los
torbellinos de noise que genera la pedalera de efectos.
La única excepción
a la regla es “Emoción + Ecuación”, tema en el que la drum machine y los
teclados toman la batuta. No es, de cualquier forma, un “detour” infrecuente
entre los combos del género: incluso clásicos consagrados como The Ecstasy Of
Saint Theresa o Silvania han sugerido similar curso de acción desde sus propias
andaduras -recordemos, asimismo, un tema como “Desolación”, de nuestros
paisanos de Resplandor (Ámbar, 2002).
Tiempo después de Instrumental EP, Fotogramas debuta en
largo, ya convertido en dúo tras el ingreso de Cristian Pereira; con Otoñal (Sello Recolector, 2014), una
placa shoegazing de aristas que trascienden el noise pop para
oxigenarse/oxigenarlo. Composiciones que literalmente manan lúdicas texturas
eléctricas, a un tiempo melancólicas y felices. Piezas de insondable nostalgia,
sostenidas desde sintetizadores y batería en rara sincronía. Para ser producto
de un tándem con el cartel de “menor”, sorprende la cantidad de imágenes que Otoñal es capaz de conjurar desde sus
arreglos de ensueño, desde sus voces susurrantes (a destacar el apoyo de
Estefanía López en los coros de una perla como “Por La Tarde”), desde la
incontinente expresividad tonal de sus 37 minutos sumergidos en un apacible,
tranquilo remanso.
Esta historia no
termina aquí. Después de Otoñal, que
puede colmar de serenidad tus horas dedicadas al acto (hoy irreflejo) de
meditar, Fotogramas -se dice que en realidad son uruguayos, que ahora son un
trío- ha publicado dos nuevos EPs: No Me Despierten, aparecido en enero del 2015, y Susurro, de sesiones en vivo (noviembre del mismo año). La obra
completa de Vargas y Pereira -excepto Susurro, ignoro por qué- está accesible
para libre descarga desde su BandCamp.
Puntos extra para
la escena de Valparaíso -cosa seria, ¿eh?
Hákim de Merv
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