(Publicado
originalmente en mi cuenta Facebook el 25 de mayo del 2016.)
Miguel Conejeros es
uno de los músicos con mayor recorrido histórico en la escena de Chile.
Consignan las crónicas que el caballero debutó durante los 80s, junto a su
hermano Iván, con Pinochet Boys -legendario cuarteto de actitud punk pero de
estética facetada entre el after punk que se hizo a ambos lados del Atlántico y
la subsecuente new wave. Ya desde estos primeros escarceos, Conejeros se
ocupaba de los teclados. Tras el desmembramiento de PB vino Parkinson, grupo en
activo entre 1988 y 1995. Después de este paréntesis es que el artista se
reinventa como Fiat600.
(Nota Complementaria: con un nombre como el suyo, no sorprende que Pinochet Boys protagonizase más de un tumultuoso altercado con “los agentes de la ley” durante sus tocatas, clandestinas algunas de ellas. Por desgracia, lo único que alcanzó a legar el combo es un 7” rescatado a posteriori. Parkinson, en cambio, llegó a grabar dos discos enteros en formato cassette: Anaranjado, 1991, y De Rey A Mendigo, 1992.)
Hoy por hoy,
Fiat600 puede no calificar como una insólita reinvención de Conejeros, sin
embargo. ¿Qué tan insólito resulta actualmente un trasvase desde el punk o
cualquier otro género hacia la música electrónica? Está allí el antecedente de
Pete Shelley, que de pertenecer a una banda seminal del punk británico como los
Buzcocks pasó a moldear una corta pero brillante carrera solista en plan synth
pop. Está allí también el antecedente de Norman Cook -que de militar en la
agrupación llamada a suceder a los Smiths, The Housemartins, no paró hasta
convertirse en rutilante estrella del firmamento electrónico noventero bajo el
seudónimo de Fatboy Slim.
Como Fiat600, el
músico firma un primerísimo El Empleado
Del Mes (1998). Su segundo disco es El
Último Día (2000), que llegó a mis manos gracias a la generosidad del
querido amigo Orlando Quiróz. Luego aparecerán el díptico lovecarftiano Erich Zann (2009, para libre descarga a
través de la netlabel Pueblo Nuevo) y el Download
(mismo año, con tema remezclado por Eduardo Gozne).
El bólido de
Conejeros transita muchos caminos en El
Último Día. Tan pronto puede atravesar landscapes propios del Kraftwerk
ochentero (“Electrocardio”), derrapar sobre los patrones rítmicos del trip hop
(“365”, “Cerebroelectrónico”) o sobre su pasteurizada versión downtempo (“They
Say”, “Mr. President”); como protagonizar carrerones house (“Comoantes”, “Sol
Dado”), raids de enjundiosa pureza IDM (“Último Día”) y hasta escapadas
drum'n'bass (“Jahjahcito”, “Insectos”). Ejercicios todos que no hacen más que ilustrar la versatilidad de Fiat600 para sonar a lo que le venga en gana, siempre dentro de los límites invisibles que marca la electrónica
-especialmente la de los 90s.
La sampladelia no
podía estar ajena en este viaje. Don Miguel acredita en el booklet muestras de
Lee “Scratch” Perry, de King Crimson (¡¡¡¡GENIOS!!!!), de Víctor Jara y de Ray
Charles; entre otros. Algunos de estos sampleos son fácilmente reconocibles.
Otros están lo suficientemente procesados como para recién ser advertidos a segunda
escucha. O a tercera. O a cuarta. :D
Después de un disco
de límpida fluidez, que surca con naturalidad tantos estuarios, Conejeros izó
velas rumbo a Barcelona en el año 2001. Allí ha radicado por espacio de una
década, hasta que volvió a la tierra que lo vio nacer. No pudimos coincidir
durante el tiempo que estuve en el Sur, pero sospecho que ya habrá ocasión de
resarcir esa descoordinación.
;)
Hákim de Merv
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