(Publicado
originalmente en mi cuenta Facebook el 17 de mayo del 2016.)
La primera vez que
escuché a Javier Fernández fue una estival noche sabatina del 98. O tal vez ya
era otoñal. Entonces su nom de guerre era DJ Kyleran. ¿El escenario? El del
desaparecido Más Allá, en Barranco. El difunto Leonardo Bacteria había
organizado una tocada bajo el rótulo de “Electroshock”, en la que estuvieron
implicados Insumisión, Vacuna Tu Hijo, Mupne y el mentado Fernández. Aquella noche, estos proyectos me sonaron a híbridos entre new beat y technoise -salvo
Insumisión, que era manifiestamente industrial. Pero como la memoria es frágil,
y a veces también traicionera, se puede recurrir a la maqueta de nombre y
contenido similares a los del concierto que recibías al pagar tu entrada (no
confundir con la que saliese al año siguiente, de idéntico título y menú más
nutrido).
Pasaron cerca de 18
meses antes de que volviese a saber de Kyleran, esta vez ya prescindiendo de
las siglas “DJ” y con demo propio. Hábitat
(1999) seguía el mismo camino que los temas publicados año y medio atrás,
aunque ya había visos de una metamorfosis. Hacia qué, todavía no era claro
-pero, allende de la ligereza de las etiquetas, Kyleran exhibía un registro más
variado que el de su participación en Electroshock.
Prueba palmaria: se incluyeron en Hábitat
números del demo previo, que sonaban distinto, producto de la reingeniería a
que les había sometido el músico (“Conspiracy”, “V/F (Mentiras)”, “Meridiano
Cero”).
Y después,
silencio. Mutis. Rara vez me topaba de nuevo con el alias de Fernández en
tocadas del circuito local. Todavía era más raro encontrarle en algún disco
colectivo. Hube de aguardar hasta el 2003 para tener noticias frescas otra vez.
Fue durante ese calendario que Leo Bacteria orquestó la compilación ¿Realmente Amas A Sandra Bullock?, donde
Kyleran dice presente con “Geometric” -convirtiéndose en el primer crédito
nacional en crear, grabar y publicar aquí un tema de Detroit techno. Esta
distinción, sin embargo, no lo alentó a una mayor continuidad. A decir verdad,
en mi cabeza Kyleran era un acto unipersonal que hacía tiempo pertenecía al
pasado. Por eso, fue sorprendente saber del lanzamiento de un nuevo trabajo
suyo. Y la sorpresa fue doble al enterarme de que el lanzamiento se ha hecho al
amparo de SuperSpace Records, el sello del músico ruidista y amigo personal
Wilder Gonzales Agreda.
Claro que lo de
Kyleran es una obra depurada y estilizada de Detroit-tech. Amarillo EP es un disco alquímico, sí, pero accesible y/o fácil de
escuchar; que le garantiza a Fernández cierta posibilidad de continuidad. ¿Se
inclinará por ello? Yo espero que sí, aunque no hay ninguna razón de peso para
suponerlo. Tan probable es que volvamos a saber de él próximamente, como que
sea de aquí a 5 años, quién sabe más.
PD1: Guardo ciertas
reservas para aceptar la definición de Pratginestós, pero digamos que se ajusta
razonablemente a un género que bebía de la new wave, de Kraftwerk, del lado más
sci-fi del p-funk y hasta de The Clash; pasando del scratching al sampling como
Juan por su casa.
PD2: Kyleran ha
participado en UnderPop... 2.2 y en UnderPop... 3.1.
Hákim de Merv
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